Y todo por un resto de fuego de un asado que el dueño del local compartió con el encargado y otros hombres hasta las 4.30 de ayer. El mismo propietario de la maderera, Roberto Leiva, explicó ayer que él arrojó agua sobre "esas chispas" que saltaron hacia la viruta en la madrugada, y que antes de irse le pidió a su encargado que controlara ese tema por las dudas. Pero todos se fueron y los primeros en llegar al trabajo ayer, cerca de las 7, se toparon con esas llamas que avanzaban implacables hacia los palos, las maderas ya cortadas y también hacia las máquinas y un camión Dodge, que fue lo primero que atinaron a salvar.
El fuego ya alcanzaba una balanza y el techo de chapas en la zona de las máquinas cuando una dotación de bomberos comandados por el oficial Daniel Domínguez, bajo la dirección del comisario Orlando Ríos, controlaron el siniestro y evitaron así que un daño de mayores proporciones en ese predio que registra por lo menos dos antecedentes de incendios dañinos. Los Bomberos, creen que la lluvia jugó un papel importante a la hora de impedir una rápida propagación de las llamas.

