
Por estas horas, el sanjuanino Facundo Enrique García Guardia (29) está en un calabozo porteño acusado de truchar varias credenciales que lo posicionaban como un supuesto agente de inteligencia que venía haciendo usufructo de esa condición.
Hasta ahora, había dicho que era coordinador de Enlace Parlamentario y personal de Inteligencia de la Dirección Nacional de Investigaciones del Ministerio de Seguridad de la Nación; que era jefe de Asesores y Auditor Nacional en el Congreso de la Nación; también que era oficial de enlace con las Fuerzas de Seguridad de una supuesta Dirección de Captación e Intervención de las Comunicaciones de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Pero no sólo hizo de las suyas en Capital Federal, sino que al menos tiene un serio antecedente en San Juan. De acuerdo a fuentes policiales consultadas por DIARIO DE CUYO, en 2014 quiso con las mismas credenciales obtener "información sensible" de la Policía de San Juan. Intentó, sin éxito, hacerse con datos de operativos policiales y algunos manejos internos, datos que -esgrimió- eran para informar a Buenos Aires. Una maniobra similar hizo en Misiones. El caso fue denunciado, pero García Guardia no pasó un solo minuto tras las rejas, aclararon a este diario.
Si bien no hay denuncias conocidas, no descartan que haya utilizado el mismo mecanismo para obtener información o facilitar trámites en otros organismos de la Provincia
La causa que lo tiene preso
El falso agente de inteligencia, falso empleado de la Corte, falso funcionario del Congreso y falso integrante del Ministerio de Seguridad quedó detenido por orden del juez federal Ariel Lijo.
En el Juzgado 5, que estaba a cargo de Norberto Oyarbide, fue subrogado por Marcelo Martínez De Giorgi y ahora subroga Lijo, la AFI radicó una denuncia en 2017 porque García Guardia se había ido sin pagar de una platería de la calle Perón al 1300 pero antes había chapeado: dijo que era una misión oficial para la AFI.

Meses después se presentó ante quien por entonces era el jefe de la Policía de Misiones, Manuel Mártires Céspedes, para realizar tareas de relevamiento de seccionales y para informar en Buenos Aires del funcionamiento de la policía provincial.
Cuando los policías lo estaban esperando en Ezeiza para detenerlo dieron con el remisero que lo aguardaba para llevarlo a su casa. Así descubrieron que utilizaba la cuenta corriente de la remisería de la Cancillería y que se hacía llamar García Moritán: utilizaba el mismo doble apellido de Roberto García Moritán, quien fuera vicecanciller durante el krichnerismo. De ese modo no pagaba sus traslados desde su casa en Belgrano a Ezeiza.

García Guardia no posee actividad comercial registrada por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y en su declaración indagatoria –según explicaron fuentes judiciales- atribuyó a un problema de salud su condición de mitómano.
En Comodoro Py tratan de determinar si García Guardia perjudicó a gente al hacerse pasar por las varias personalidades que se reflejaban en sus múltiples credenciales.
