Las caras quemadas por el sol, sin rastros de tierra en la ropa y una sonrisa de oreja a oreja. Así se vio a los responsables del operativo que se montó en El Salado y terminó con el hallazgo de Benjamín Sánchez en buenas condiciones y 24 horas después de desaparecer en medio del desierto.
DIARIO DE CUYO reunió a Alfredo Nardi, Director de Protección Civil, Gustavo Fariña, Secretario de Seguridad, Sergio Trigo, Jefe de Operaciones de Protección Civil, el Teniente Coronel del Ejército Argentino, Cristian Acosta y El Capitán, Juan Cabrignac. Matías Grinstein, un radio aficionaddo, también fue parte vital del procedimiento.
Todos se encargan de aclarar que son las caras visibles, pero que el megadespliegue incluyó a unas 350 personas de las fuerzas de seguridad y más de mil civiles que se acercaron voluntariamente a colaborar.
Además, reconocen que el nene de 5 años estaba en el lugar "más improbable" y celebran que se "haya dado maña" para no resultar herido esa cantidad de horas.
El secretario de Seguridad remarcó la integración efectiva y la aceptación de órdenes dentro del plan de acción que se diseñó para dar con el nene. "Acá se vio como todos trabajan respetando las órdenes impartidas por el Centro de Operaciones y con una voluntad increíble de trabajo", reconoció Fariña.
Más allá de trabajo de las fuerzas de seguridad, provinciales y nacionales, el funcionario remarcó que sin la activa y masiva participación de los sanjuaninos encontrar al chiquito "hubiera llevado más tiempo".
"Es increíble la cantidad de gente que llegó, pero todos con la volutad de colaborar. Es algo muy fuerte que no vi en otros operativos realizados en otras provincias", dijo el Teniente Acosta.
Juan Cabrignac, quien era el uniformado que rastrillaba junto a Walter Gallardo en helicóptero, mostró su sorpresa por la cantidad de voluntarios. "En lugares en los que era imposible, se veía gente caminando, corriendo o en moto", contó.
"Un hombre me preguntó que cuantos kilómetros tenía que recorrer, que sin con 50 alcanzaba. ¡Un loco!", contó otro de los uniformados, al tiempo que el mate marcaba una pausa imposible de imaginar entre el domingo en la noche y las 16.30 de ayer.
En este punto las autoridades reconocieron que con el pasar de las horas el margen de tener un resultado positivo se iban acortando." "Sabíamos que las condiciones climáticas iban a empeorar en la noche y en la jornada de hoy el viento iba a dificultar que volara el helicóptero y los drones", explicó el secretario de Seguridad.
Nardi aclaró que la activa participación de civiles ayer al mediodía se debía a una cuestión estratégica. "Teníamos que poner toda la carne al asador y resguardar a los uniformados para el trabajo nocturno. Hay que agradecer a la gran cantidad de gente que se movilizó para buscar, llevar agua o sólo ponerse a disposición sin entorpecer el trabajo de nadie", dijo.
El momento del hallazgo
Uno de los rastrillajes estaba centrado en las huellas que un grupo de baqueanos había encontrado, pero sin descuidar otros sectores en donde la búsqueda se hacía a pie.
Matías, quien fue uno de los primeros en enterarse de la desaparición de Benjamín por su relación con los Sisterna (la familia de pilotos que compartían en asado con la mamá del chico) contó en un principio las indicaciones eran dar con indicios del paso del nene y con el correr de las horas pasó a directamente dar con el menor.
"Pasamos por todos los estados. Cuando empezamos a temer por su salud encontramos las huellas en punta que nos decían que caminaba un kilómetro y corría dos, por ende estaba bien. Eso nos renocó las esperanzas y nso ayudó a delimitar la zona", contó.
Después de varias horas, los rescatistas estaban más cerca del lugar y el hallazgo empezaba a sentirse como una realidad.
"La indicación que le dimos al helicóptero, era seguir a un chico en cuatriciclo amarillo y nos avisan que ya habían aterrizado. Ahí la señal se nos cortaba y no llegábamos a entender que pasaba. Cuando escuchamos el 5/5 (señal de que el nene estaba bien) nos dimos el lujo de festejar", explicó Trigo.
Los encargados del operativo se encerraron en el camión de comunicaciones de la Dirección de Protección Civil y recién salieron a dar la noticia tras la confirmación. Quienes hasta entonces habían conservado la entereza y templanza, la misma que muestran hoy, se fundieron en abrazos, lloraron y se escuchó más de un insulto al aire por la tensión contenida por horas.
Lo impensado de la repercusión
Ninguno de los involucrados tomó real dimensión del impacto mediático y de lo hondo que el tema había calado en los sanjuaninos.
"Yo ni miraba el celular y en un momento recordé que no iba a llegar a buscar mi hijo al colegio. Logré mandar un mensaje y mi mujer me respondió ‘ quedate lo que haga falta, pero encuentren al nene". Recién ahí entendí que todos nos estaban mirando", reconoció el Teniente Acosta.
Nardi, Trigo y Fariña no podían creer que al salir a la zona de La Laja, la gente aplaudía al costado del camino en señal de agradecimiento. "Fue todo una locura", no se cansan de decir.