Sin consuelo. "Yo no tengo nada, sólo unos raspones, y ellos están todos destruidos en cajones", dijo Sheila. La chica no paró de llorar en la más de media hora que duró la entrevista.

 

Sheila Luna (27) no para de llorar. Ella sobrevivió, pero dice estar muerta por dentro. No se puede sacar de la cabeza la imagen de la luz del otro vehículo transformándose en un bólido en el aire y precipitándose contra el auto en el que iban ellos. Se pone mal. Y ni hablar cuando recuerda los momentos que compartió con los tres amigos que murieron en el choque: Sebastián Fernández (21), Patricia Brizuela (43) y su queridísima Viviana Espejo (32), con quien hasta compartía casa.

"Cuando miré hacia arriba y vi esa luz fuerte dando vuelta que se nos venía encima dije: "Ay no, por Dios, no", y me agarré fuerte, fuerte, muy fuerte y pensé en mi hijo", recuerda entre lágrimas la chica, la primera de los sobrevivientes que se anima a hablar tras la tragedia.

Cuando habla de esa "luz" se refiere a los faros de la Peugeot Partner que instantes después terminó estrellándose contra el Fiat Duna en el que iba con sus amigos, ella sentada en el asiento del acompañante. "Lo único que vi es que venía de frente, a todo lo que daba, agarró un montículo, saltó y nos agarró de costado", dice. Cuando abrió los ojos su vida había cambiado para siempre.

"Cuando desperté tenía a Sebastián con la cabeza arriba de mis piernas, toda ensangrentada, con un montón de vidrios en la cara. No hablaba. Yo le decía "Seba, Seba, escuchame por favor", pero nada". Atrás habían quedado los cadáveres de Patricia y Viviana, aprisionados entre las chapas. Carlos Porra (37), el otro que iba en la parte trasera, se encontraba bien, pero no podía salir porque se le había trabado la puerta.

"A Sebastián lo levanté despacito, me bajé del auto y salí corriendo. Gritaba, pedía ayuda, ni sabía para dónde iba, yo sólo gritaba", rememora Sheila, quien solamente terminó con unos raspones en su brazo izquierdo.

El grupo de amigos esa noche había salido a bailar a La Llorona (Capital), después fueron a la casa de un conocido donde había una fiesta y cuando ocurrió la desgracia se dirigían a la casa donde Sheila vivía con Viviana, en La Bebida, Rivadavia. "Con Vivi decíamos que queríamos irnos, estábamos buscando con quién y Sebastián nos ofreció llevarnos porque decía que quería asegurarse que llegáramos bien", dice con el rostro empapado en lágrimas.

El choque ocurrió el domingo a las 7, cuando transitaban por la Costanera, entre Salta y Centenario, en Chimbas. "Nosotros no veníamos fuerte, Sebastián decía que íbamos a ir despacio porque la calle estaba fea. Él había tomado, habíamos estado festejando su cumpleaños, es obvio. Pero venía despacio, nos venía hablando", asegura. En la Policía coincidieron con su versión sobre cómo ocurrió el choque.

La Partner era conducida por Carlos Falcón (27, está detenido), y lo acompañaban María Sol Fracapani (22), Alexis Saavedra (26) y Rocío Mercado (20), la única que quedó grave. Ellos también volvían de un boliche, "Barranco", ubicado en Marquesado, en Rivadavia.

"No puedo creer que yo esté viva y ellos en un cajón. Sabés lo que es cerrar los ojos y que se te venga toda la imagen, esa luz fuerte acercándose. Querer despertar de la pesadilla, pero abrir los ojos y que no esté tu amiga que te dice: "Gorda, vamos a tomar mates, pongamos música fuerte, vamos a limpiar el fondo, salgamos". Es horrible", cerró.