Leonardo sospechó del sujeto que le levantó la mano a un orilla de la avenida Benavides, en Chimbas, cuando vio que antes de subir se puso una capucha en la cabeza. El sujeto pagó el boleto y se sentó a un costado, en los asientos de adelante. Y le dejó al colectivero de la línea 70 de "La Marina" esa extraña sensación de que algo escondía por otro dato: subió en una zona complicada para los colectiveros, la Villa Observatorio, en Chimbas. El chofer siguió, levantó a otra pasajera y se quedó con la pica. Hasta que el sujeto delató sus reales intenciones: apenas pasaron el triángulo formado por la unión de la Benavides, la Galíndez y la ruta 14, en Rivadavia, el sujeto sacó un enorme cuchillo de entre sus ropas y enfiló hacia donde estaba Leonardo, que no se dejó sorprender: antes de que delincuente avanzara, volanteó y pisó los frenos. Y el sujeto se fue encima del boletero. Ahi Leonardo lo agarró de la nuca y se puso de pie. Fue el momento más dramático del enfrentamiento, porque entonces el ladrón lanzó una seguidilla de cuchillazos que, de milagro, no dieron en la humanidad de Leonardo. Es más, pronto el colectivero sacó ventajas: agarró la muñeca del delincuente y le hizo soltar el cuchillo golpeándosela contra una baranda metálica. Después dominó el pleito con una violenta descarga de trompadas, que arrancaron del ladrón súplicas para que no lo siguiera golpeando.

En minutos, y tras un momento violento y dramático, todo estaba controlado y el ladrón sin posibilidades de escapar con una rodilla del chofer encima y la amenaza de salir muy lastimado si intentaba escaparse. Fue a las 21,50 del domingo y ayer Leonardo Néstor Núñez (colectivero en 16 de sus 39 años, cinco hijos) recordó que esa secuencia tuvieron los hechos que terminaron con Enrique Nelson "El Henry" Goyochea en los calabozos de la comisaría 30. El sujeto tiene 30 años y, según la policía, salió hace un mes de penal donde cumplía una pena por robo.

"No me dio miedo y no pensé en nada por la bronca. Me dio mucha impotencia por los robos que sufrimos, solo actué", dijo ayer Leonardo en el reposo de su casa. Al hombre le dicen "Tyson" porque tiene una estructura física similar a la del ex boxeador.

"En la empresa siempre nos dicen que entreguemos todo cuando nos roben, que no nos hagamos los héroes pero este no fue el caso. Ahora que lo pienso en frío no tendría que haber actuado de esa manera, porque podría haber pasado algo peor, me podría haber matado a puñaladas y lo mismo si hubiera tenido un revólver", dijo ayer Leonardo, quien aseguró no saber si tendrá las misma reacción si acaso intentan asaltarlo otra vez.