Acompañado de varios colegas, el abogado Juan Carlos ‘Tigre’ Juárez (69) quedó ayer imputado de cometer tres delitos (lesiones y amenazas hasta con un arma) contra su expareja en dos episodios ocurridos días atrás. Y pudo volver a su casa, libre, con varios compromisos a cumplir a cambio: no molestar ni acercarse a menos de 200 metros a la denunciante, no salir de la provincia sin autorización y presentarse cuando sea requerido. A esas obligaciones, se le sumó una que él mismo propuso al juez de Garantías, Javier Figuerola, a través de sus defensores Gustavo de la Fuente y Maximiliano Orozco: ser tratado de sus problemas de adicción con el apoyo de un tutor. El magistrado accedió porque el fiscal coordinador de la UFI CAVIG Roberto Ginsberg y el ayudante fiscal Jorge Salinas no se opusieron.
HECHOS
Los hechos que terminaron con Juárez en un calabozo, primero, y con prisión domiciliaria, después, salieron a la luz el 8 de julio pasado. Según la denuncia, ese día la mujer que vive en el mismo predio que el letrado, salió a un festejo escolar y, al volver, notó que la puerta de su casa estaba violentada, que estaba todo revuelto y le faltaba el celular y algunas prendas. Cuando fue a la casa de Juárez lo vio dormido pero descubrió algunos de sus objetos. Entonces el hombre despertó y se molestó tanto, que volvieron a discutir y hasta forcejearon y él la lesionó, precisó Fiscalía. Ella corrió a refugiarse en su casa y trabó la puerta con una mesa de luz. Como Juárez no pudo abrir, intentó forzar la puerta con una barreta mientras la insultaba y la amenazaba: ‘acá se terminó todo, te voy a matar’, le habría dicho.
En ese momento ella llamó al 911 y cuando llegó la Policía, les entregó una pistola que le había sacado días atrás al letrado -explicó- porque en medio de otra discusión ocurrida entre el 20 y el 25 de junio pasados, la amenazó con esa arma. Ella grabó con un celular ese episodio y aportó el video a Fiscalía.
Esa grabación es parte de las pruebas invocadas ayer por Fiscalía, cuando pidió que Juárez sea investigado por los delitos de lesiones leves agravadas por el vínculo, amenazas agravadas por uso de arma y amenazas simples. En un allanamiento ordenado tras la denuncia, efectuada el 9 de julio, la policía secuestró un hacha, una barreta, 17 cartuchos calibres 20 y 16, y otro calibre 7.62.
El letrado se abstuvo ayer de dar su versión, pero sus abogados negaron los hechos en su contra. Ahora tendrán la posibilidad de ofrecer prueba para reforzar su teoría.