‘Me siento muy dolida con todo esto… no sé cómo vamos a salir, encima me siento una inútil porque no puedo trabajar ni hacer changas por como estoy, en enero pasado me operaron de un pulmón porque tenía líquido y también de los riñones que aún están dilatados… para colmo soy hipertensa, tengo que tomar 7 remedios al día, y si no trabajo no tengo ningún ingreso, porque no tengo ni planes no cobro nada del Estado. Sobrevivimos con lo que gana mi hijo, que sale a las seis de la mañana y vuelve a las once de la noche para poder pagar el alquiler del remís y traernos algo para la comida… somos ocho en esta casa’. Quebrada por completo, Martha Molina (54) pide disculpas por romper en llanto, por la impotencia, por no saber cómo harán para sobreponerse a otro de los tantos momentos duros que le toca sufrir: el incendio con pérdidas prácticamente totales en su casa del barrio Los Andes, en Chimbas.
Ayer recordó que todo pasó a eso de las 20,30 del miércoles. Y que en la casa estaba ella con los cinco niños que viven allí: su nieta de 12 años y los cuatro chicos de su hijo José Luis Zamora con su pareja. Veía televisión cuando le llamó la atención un fuerte resplandor que venía de la ampliación de su casa donde habita su hijo (un dormitorio y una cocina comedor). En el acto echó agua en una olla y encaró para intentar arrojarla hacia el fuego, pero en eso la hizo retroceder el humo y debió abandonar todo intento por intentar salvar alguna cosa porque se cortó la luz.
Instantes después su nieta, una jovencita a quien ella llama hija, pedía ayuda a gritos a los vecinos y uno de ellos corrió a cortar el suministro de gas, pero nada se pudo hacer para evitar el desastre.
El material altamente combustible de la ropa de cama y los colchones, alcanzó pronto el techo de machimbre y las llamas se tornaron incontrolables para los vecinos. Finalmente Bomberos controló el fuego y evitó que se propagara y causara daños a casas vecinas.
De todos modos, cuando las llamas fueron extinguidas, los daños estaban hechos: dos camas, una cucheta, toda la ropa y el calzado de la familia de Zamora, además de un televisor, una mesa, sillas y otros muebles fueron destruidos por el fuego, que también inutilizó la única heladera de la casa, la de Martha.
¿Qué originaron las llamas? Ayer circuló la versión de que pudieron ser causadas por uno de los niños mientras jugaba con un encendedor en la habitación del remisero, pero el propio Zamora y su madre creen que la causa de todo pudo ser una falla eléctrica.