Hay molestia en el Ministerio Público Fiscal (MPF) por el caso de una mujer, presunta víctima de violencia de género, que a toda costa quiere que su esposo zafe en la causa que le abrieron porque supuestamente la amenazó, golpeó y violó en el domicilio que compartían en Sarmiento.
Los investigadores están convencidos de que la mujer, de 49 años, está inmersa en un "círculo de violencia muy profundo" y creen que es influenciada por el acusado, un obrero rural identificado como M.D.D. que se encuentra preso en el Servicio Penitenciario, desde donde aparentemente se las arregla para dominarla. "Hay una evidente comunicación con ella a fin de que se retracte o levante la denuncia", dijo el fiscal Juan Manuel Gálvez (UFI Cavig), a caso el que más enojo tiene. Y no es para menos, pues hace muy poco ya había atravesado una situación idéntica con la misma mujer, que en diciembre de 2021 había denunciado que el mismo hombre la había violado, pero meses después, "a último momento", le afirmó al fiscal que iba a "desmentir todo". Según Gálvez, la denunciante le dijo en la cara que iba a mentir, incluso riéndosele, luego de varios meses en los que Fiscalía había trabajado arduamente en la recolección de pruebas y en el proceso judicial. El fiscal aseguró que le explicó que podían abrirle una causa por falso testimonio, a lo que ella le respondió que no le importaba porque se había asesorado con una abogada que le dijo que no iba presa.
Lo concreto es que el sujeto terminó sobreseído en esa causa por pedido de Fiscalía, teniendo en cuenta que no tenía mucho significado seguir con la acusación a sabiendas de que, en caso de llegar a juicio, la denunciante podía declarar que había consentido las relaciones y así se caía la teoría fiscal, sumado a que existían chats posteriores a la presunta violación en los que ambos se enviaban mensajes de cariño y de alto contenido sexual.
Sin embargo, ahora en el MPF están con los cañones puestos en continuar con la nueva causa abierta contra el obrero el pasado 6 de noviembre, día en el que la mujer llegó a Cavig "con un ojo prácticamente colgando". Esa y otras lesiones ese día fueron constatadas por un médico legista, por lo que Fiscalía ya tiene de dónde agarrarse para continuar con el proceso, pese a que la mujer otra vez pretende desligar a la pareja. Según fuentes judiciales, ella se presentó el 7 de diciembre -es decir un mes después de hacer la denuncia- en la UFI Cavig, con una especie de acta testimonial en la que dejaba constancia de que "al pasar el tiempo estuve viendo el proceso judicial y le afectó mucho a mi pareja, es por eso que estoy viviendo con mi hijo en muy malas condiciones y por tal motivo no quiero seguir con la denuncia penal". No obstante, el fiscal Gálvez aclaró que no se trató de una retractación, es decir, no negó los hechos, que "fueron muy serios y está todo comprobado", aunque es cierto que en el legajo no consta una prueba clave en toda investigación: la pericia psicológica, debido a que la víctima el 20 de diciembre rechazó ser evaluada, bajo su postura de no colaborar con la Justicia, poniendo en crisis el proceso.
Pese a todo, el relato fiscal indica que M.D.D fue atrapado in fraganti el 5 de noviembre del año pasado. A las 3 de la mañana la pareja, casada hacía un año, se encontraba sola en su casa de Colonia Fiscal, Sarmiento. El hombre, presuntamente en estado de ebriedad, comenzó a hacerle una escena de celos y en un momento intentó sacarle el celular, por lo que la mujer empezó a correr alrededor de la mesa y luego salió de la vivienda. En el expediente consta que el acusado la siguió, la tomó del pelo, la tiró al piso, le dio piñas en el rostro y el resto del cuerpo y con sus dedos pulgares le apretó el cuello, cortándole la respiración para que no gritara. Luego la arrastró hasta el interior, donde en la oscuridad continuó golpeándola, incluso con un machete con el que le hizo sangrar la cabeza, mientras le decía "si vos me denunciás te mato y me mato yo después, porque yo preso no voy a ir". Según la acusación, cuando el hombre prendió la luz vio a su esposa sangrando e irónicamente le dijo "oh gorda, vamos a tener que llamar al 911, te han asaltado". Luego le llamó a una hija de ella para decirle que la habían golpeado en un asalto en la parada del colectivo y después hizo lo mismo con el 911, acercándole el machete para que dijera a la Policía esa versión. Como el operador le comunicó que iban a enviar un móvil, el denunciado decidió salir con ella hacia el campo, donde quiso tener sexo, pero ella se negó. Después de eso, cerca de las 8 de la mañana, regresaron a la casa y la víctima entró al baño, donde anteriormente había escondido su celular, con el que le envió a su hija un mensaje pidiendo ayuda. Luego se acostó, su esposo volvió a pedirle sexo y ella volvió a decirle que no, pero le sacó el pantalón y la penetró, consta en la denuncia. Mientras eso pasaba llegó la Policía, pero el sujeto le tapó la boca y los efectivos se marcharon, creyendo que no había nadie. Horas después, siendo las 13 y aprovechando que el esposo se había dormido, la mujer envió otro mensaje solicitando ayuda, esta vez a un hijo, que aproximadamente una hora después llegó, ingresó junto a otro familiar y encontró a su madre desvanecida. La mujer fue trasladada al Hospital Rawson, mientras que el agresor ese día fue detenido y al siguiente, 6 de noviembre, le dictaron dos meses de prisión preventiva.
La semana pasada, en la audiencia pautada para debatir la extensión de la preventiva o su excarcelación, hubo un acalorado cruce entre el fiscal Gálvez y Javier Quiroga, ayudante de la Defensoría Oficial, quien pretendía una medida de coerción más leve que no implicara el encierro. Sin embargo, la jueza de Garantías Verónica Chicón atendió al pedido de la Fiscalía y prorrogó por dos meses la prisión en el Penal de Chimbas.
En el MPF revelaron que la mujer llegó a hablar hasta con la defensa de su esposo, algo que no corresponde, para preguntar cómo podía hacer para que salga de la cárcel.