Fue el nerviosismo de uno de los pasajeros cordobeses lo que puso en alerta a los efectivos de la Delegación de la Policía Federal local. Pues al joven le costaba dar explicaciones sobre su bolso de mano, que no lo tenía a la vista, mientras su amigo intentaba hacerlo callar. Entonces se decidió utilizar el perro especializado en detectar narcóticos y la sospecha que ya estaba instalada entre los pesquisas, se confirmó de manera contundente: debajo del asiento, el animal localizó el bolso por el inconfundible olor a estupefaciente y ahí se supo que esa droga era cocaína, cuatro "panes" que pesaron alrededor de 3,300 kilos de cocaína, indicaron fuentes policiales.
Todo ocurrió el viernes en la noche durante un operativo de rutina de los uniformados en el control fitosanitario apostado en la Ruta Nacional 20 en la zona de El Encón, en 25 Mayo. Allí, decidieron inspeccionar un colectivo de larga distancia cuando se toparon con esos dos jóvenes de 18 años, oriundos de Córdoba, que no disimularon sus nervios con explicaciones y situaciones confusas que terminaron por ponerlos enseguida en la mira de los investigadores.
Ahora, los pesquisas intentarán determinar si sólo fueron contratados como "mulas" para el traslado de la droga ilícita a San Juan. O si realmente son los dueños de ese estupefaciente y venían a comercializarlo, precisaron.
Con todas las pruebas del caso, será el juez federal Leopoldo Rago Gallo quien finalmente resuelva qué tipo de delito cabe imputarle a esos jóvenes envueltos ahora en serios problemas con la Justicia. El magistrado deberá evaluar, tras escucharlos en una declaración indagatoria (podrán o no dar su versión), si corresponde o no que recuperen su libertad.