Uno tiene 8 años y quemaduras graves en el 23% del cuerpo. El otro, de 14, tiene el 14% de su piel lastimada y ambos terminaron internados en el hospital Marcial Quiroga luego de salir lesionados en un hecho confuso ocurrido en el interior del barrio Nikisanga, en Caucete. Viviana Pereyra, madre del chico de 8 años, apuntó a que el otro niño le roció combustible y quemó a su hijo. Sin embargo, en la policía descartaron esa hipótesis y comentaron que todo se trató de una travesura entre ambos que salió mal cuando jugaban con fuego, informaron fuentes policiales.

Según Pereyra, el menor de sus 8 hijos, Walter (8), fue atacado por un vecinito de 14 años que siempre lo molesta, el jueves en la tarde (recién trascendió ayer) en la plaza del barrio Nikisanga. Ese día, Walter estaba jugando a la pelota con unos amiguitos del barrio cuando el supuesto agresor llegó a la plaza con una botella de combustible y lo llamó a un costado.

"Mi hijo dice que este chico lo llamó y le dijo que si quería ser facha como ellos, debía hacer lo que ellos hacían. Hice la denuncia porque alguien debe hacer algo con este chico que atacó a mi hijo’, contó la mujer.

Supuestamente, en ese momento el agresor tomó un poco de nafta y se la escupió encima al niño. Luego, con un encendedor lo prendió fuego, explicó Pereyra.

Walter salió corriendo en llamas y pateó la botella con combustible. El líquido inflamable le cayó a Marcos (14), el supuesto agresor, y le quemó de la cintura para abajo, comentaron las fuentes.

Finalmente, ambos quedaron internados porque sufrieron quemaduras del tipo A y A-B (graves y profundas). Pero Walter es quien sufrió las lesiones más serias: en el rostro, el cuello, en el pecho, la espalda, en el brazo y la mano derecha y por eso, deberá quedar internado un mes para ver su evolución, informaron desde el hospital Marcial Quiroga.

Por otro lado, ayer este diario trató de hablar con el padre del otro menor, pero no quiso hacer ninguna declaración al respecto.

En tanto, en la policía descartaron que se haya tratado de un ataque intencional, sino más bien, de una suerte de travesura que salió mal porque los dos niños habrían estado jugando con combustible imitando a un artista circense. Y que ambos salieron lesionados cuando otro niño de 5 años les roció el líquido inflamable (pensando que era agua) para apagarlos, dijeron en la seccional 9na.