Diego Ponce relató que escuchó como un zumbido y una explosión. Y ahí nomás sintió los gritos de su hermano que pedía: "¡sacá el auto!". Al darse la vuelta, todo era llamas. La escena fue de terror. Su hermano y su vecino se quemaban en la fosa de ese taller mecánico y no podían salir porque estaban debajo de un auto. Pasaron segundos hasta que Diego empujó el coche y ayudó a salir a sus dos compañeros, pero las consecuencias ya eran graves. Los dos tenían profundas quemaduras en casi todo el cuerpo.
Esto es lo que dejó el siniestro ocurrido ayer minutos después de las 20 en el taller mecánico de la familia Ponce sobre calle Sarmiento al 1450 Este, en Santa Lucía. Los dos mecánicos estaban instalando un tanque de nafta y aparentemente se cayó una lampara o reflector portátil, lo que generó un chispazo y el posterior incendio por la combustión de los gases, explicaron fuentes del caso.
César Ariel Ponce (37) junto a su vecino y amigo Nélson Cerruti (23) se habían metido a la fosa para colocar un tanque de nafta que repararon a un Volkswagen Gacel. Al lado del coche, a nivel del piso, tenían una lampara apoyada sobre un pie de metal que los alumbraba.
La versión policial que circulaba anoche, de acuerdo a lo que habrían dicho las víctimas, fue que uno de los perros de la familia empujó la lampara y la tiró al suelo. Creen que eso provocó un chispazo y, como el aire estaba contaminado por los gases de la nafta del tanque, se generó una explosión y una gran llamarada.
Diego Ponce (22), hermano de César, estaba a unos metros arreglando otro vehículo. "Sentí como un zumbido y la explosión. Y a mi hermano que me decía: Diego, sacá el auto. Ví el fuego abajo y peché el auto como pude y lo saqué", relató el joven. Con el envión, ese Volkswagen llegó hasta el cordón y chocó a un Fiat 147 estacionado en la calle.
César Ponce y Nélson Cerruti estaban abajo y todavía había fuego. "Empecé a tirarlos de los brazos para sacarlos, pero se me resbalaban y me quedaba con los pedazos de piel en mis manos. Se le salía el cuero", explicó dramáticamente Diego. El muchacho finalmente logró hacer salir a Cerruti, mientras que su hermano se trepó y escapó solo de la fosa. Sus ropas ardían. Diego y dos vecinos les arrancaron las prendas y les echaron agua. También trajeron tierra y la arrojaron a la fosa y a un Fiat 128 que estaban ardiendo, hasta que llegaron los policías de Bomberos y apagaron el siniestro. César Ponce y Nélson Cerruti fueron llevados completamente desnudos en ambulancias, y con quemaduras en más del 60 por ciento de sus cuerpos, relataron testigos y policías. Ambos tenían heridas en las piernas, la cintura y los brazos y hasta en sus rostros, explicaron. Al cierre de esta edición, permanecían internados en estado delicado en el Hospital Marcial Quiroga y no se conocía oficialmente ningún parte médico.
