Para los penitenciarios, todo fue por el robo de un par de zapatillas. Si fue así, o hubo otro motivo, es imposible saberlo por el silencio de los presos. Lo que sí es verdad es que hubo un enfrentamiento dentro del penal y que dos presos, que son hermanos, fueron agredidos a golpes y puntazos por sus compañeros del pabellón 2, en el Sector I. Ambos acabaron en el hospital con hematomas y heridas cortopunzantes en la zona del tórax y la cabeza.
La gresca del domingo a la noche en la cárcel causó revuelo, y hasta la policía movilizó sus patrulleros, aprestos ante la posibilidad de que se produjera algún motín. Pero nada de eso sucedió, los guardiacárceles controlaron la situación después de que sacaron a los hermanos Maximiliano Luis (33) y Fabián Néstor Ochoa (40), y a otro reo identificado como Sergio Yonathan Rubia, que sólo tenía lesiones leves, señalaron fuentes penitenciarias.
El problema fue con los hermanos Ochoa. Una versión salida de los guardias indicaba que, aparentemente, alguien le robó un par de zapatillas a uno de ellos dentro del pabellón y entonces éstos fueron a recuperarla a la fuerza. Se trenzaron a golpes, pero después gran parte de sus compañeros de pabellón se le fueron encima y los agredieron brutalmente, comentaron. Al parecer, no tenían muchos amigos ahí adentro.
Maximiliano Ochoa está preso por una condena por robo agravado y lesiones; mientras que su hermano mayor, Fabián, tiene proceso por amenazas y lesiones, de acuerdo a la información que brindó un guardiacárcel a la policía.
Los penitenciarios relataron a la policía que los incidentes se registraron a las 23.50 del domingo en el interior del pabellón 2, del Sector I, donde habían 90 internos alojados. El enfrentamiento fue grande y hasta cortaron la luz de ese lugar. Cuando el celador corrió a la entrada del pabellón para ver qué pasaba, encontró a los hermanos Ochoa y a Rubia contra las rejas pidiendo ayuda, mientras el resto de los presos desapareció entre la oscuridad para que nos los identificaran, según versiones policiales y penitenciarias.
Rubia tenía sólo unos golpes y fue atendido en el propio penal. En cambio, los Ochoa estaban ensangrentados, de modo que los trasladaron al Hospital Marcial Quiroga y luego al Hospital Rawson. La policía informó que cada uno tenía un puntazo en el tórax y lastimaduras en el cuero cabelludo y el rostro. Se pensó que eran heridas de gravedad, pero después dijeron que sus vidas no corrían riesgo. Ninguno de los agredidos quiso decir qué motivo la pelea.

