Esta vez no fueron periodistas, sino que fue un comerciante al que le entraron a robar a su negocio y a su casa mientras dormía ayer en la madrugada. Prácticamente saquearon su minimercado: arrasaron con los cigarrillos y las bebidas. También se llevaron fiambres, golosinas, dos máquinas y otros artefactos, además de una notebook y un costoso teléfono de la mesa de luz del dormitorio de su hija que tampoco se despertó. Todo, por un valor de más de 50.000 pesos, denunció el dueño.
El error fue del propio dueño, Ramón Espinoza (68), que cerró ayer a las 3 de la mañana y se olvidó de poner la traba al candado de la puerta de su minishop llamado ‘El Carancho’, en Av. Libertador y calle Orellano, metros al Oeste de Meglioli, Rivadavia. De ahí, él junto a su hija Erica (23) se fue a su casa, que se comunica con el negocio a través de un pasillo, y se acostaron a dormir. Fue a eso de las 5, cuando otro hijo de Espinoza, llamado Leonardo, pasó en auto por frente al local y vio la puerta abierta. ‘Mi hermano entró a ver y se dio cuenta que nos habían robado. Él nos despertó a los gritos. Yo no entendía nada, cuando prendí la luz ya no estaban mi notebook y mi Blackberry sobre la mesa de luz ’, relató Erica. Del negocio robaron una cortadora de fiambres, una balanza electrónica, un Posnet, más de 12 Fernet Branca y todo tipo de otras bebidas blancas, unos 50 paquetes de cigarrillos, también sustrajeron numerosas golosinas y decenas de piezas de fiambres, denunció Espinoza.

