Nada dijo el docente Jorge Eduardo Giménez (47) cuando le dieron la oportunidad de pronunciar sus últimas palabras antes de concluir el juicio en su contra. Tampoco habló cuando escuchó el veredicto del juez Maximiliano Blejman (Sala II, Cámara Penal), que ayer consideró probado que violó en varias ocasiones a un chico con retraso mental que también está afectado por una especie esquizofrenia y lo condenó a 8 años de cárcel. Según la acusación, esos ataques sexuales ocurrieron a mediados de año de 2019 en la sala de profesores de una escuela secundaria de Rawson, durante los recreos de los días miércoles por la mañana, cuando el chico concurría e ese colegio a realizar prácticas agroindustriales. Justamente en esa materia, Giménez había sido profesor del jovencito el año anterior; por eso el juez consideró que el delito se agravaba por su calidad de educador.

Para el magistrado, se acreditó solamente que hubo violaciones contra ese menor, al que le cuesta diferenciar lo bueno de lo que no lo es y que mentalmente tiene unos 5 años menos de su edad cronológica: tenía 17 años cuando el hecho se denunció, el 10 de febrero de 2020. Para el fiscal Daniel Galvani, en cambio, se había probado que además de los abusos con acceso carnal, Giménez había corrompido sexualmente al menor. Y que ambos delitos se agravaban por ser Giménez educador y por un engaño, pues el chico aseguró que el docente le prometía una cadenita para que accediera a tener relaciones sexuales con él.

Todo lo descubrió el 6 de febrero de 2020, cuando una hermana del menor intentó saber por qué se había peleado con la novia que tenía y descubrió, en su cuenta de Facebook, mensajes de alto contenido sexual con Giménez y hasta una foto del docente desnudo.

Al comenzar la investigación, el docente reconoció algunos intercambios de mensajes y haberle mandado una ‘foto en boxer’ al menor. Pero al cabo del juicio buscó rectificarse: negó haberle mandado la foto y sólo reconoció haberle dicho al menor que no le gustaban los hombres, porque el chico ‘estaba enamorado’ de él. Es más, dijo que en esa época su cuenta de Facebook había sido hackeada y que había perdido su teléfono, razones por las cuales no sabía quién había mantenido esos contactos con el menor.

Su defensor, Nicolás Fiorentino, había pedido la absolución, luego de atacar los argumentos de Fiscalía y poner en duda la sexualidad del menor. De hecho, en más de una ocasión solicitó llevarlo a juicio para que declare y diga si había salido satisfecho de los encuentros sexuales (situación que siempre negó), porque no veía ningún delito en el hecho de ser homosexual.

Tanto el fiscal como el juez, rechazaron el pedido de hacer atestiguar al jovencito para no revictimizarlo y porque una psicóloga aseguró en el juicio que, debido a su edad mental (10 o 12 años) estaba en una etapa de descubrimiento y no tenía conocimientos sexuales, indicaron fuentes judiciales.

La defensa aún puede reclamar ante la Corte de Justicia.