Enigma resuelto: Ricardo Antonio Fernández (73) no perdió la vida a causa de uno o varios golpes sino por una falla en su corazón. Según fuentes judiciales, eso reveló ayer la autopsia en el cuerpo de la víctima, quien falleció en una propiedad suya en Rawson, el lunes en la tarde en plena discusión con dos mujeres parientes suyas y el novio de una de ellas.
Ahora, el juez del Tercer Juzgado de Instrucción Guillermo Adárvez (secretaría de Eduardo Raed) debe resolver cómo cierra la investigación. Para empezar, el magistrado ordenó que excarcelaran ayer a las mujeres, pero mantuvo detenido al hombre.
Según voceros, es porque en el cuerpo detectaron lesiones compatibles con golpes, principalmente en la cabeza. Y porque hay por lo menos un testigo que aseguró haber visto a ese sospechoso, José Fernando Rímolo Di Pane (41), golpear al anciano.
El juez debe determinar qué tipo de delito se cometió: lesiones leves o un homicidio preterintencional. Este último ilícito se configura cuando alguien sólo tiene intención de causar un daño en el cuerpo o en la salud de otro, pero a causa de su ataque termina provocándole la muerte, indicaron voceros del caso.
Todo pasó alrededor de las 18 en una propiedad de Fernández ubicada en la esquina Noroeste de General Acha y Progreso, Rawson. Allí, Fernández permitía que un empleado suyo de años, el “Chileno” Denis Pérez (72) se quedara a vivir.
También les prestaba parte de la casa a las dos parientes lejanas con las que discutió, Teresa Alsira Giró (43), su hija Gisel Yaqueline Ogalde (22).
El violento altercado se produjo cuando Fernández supo que las mujeres habían echado de la casa a Pérez. Otra versión señalaba que ellas pretendían también quedarse con la propiedad.
La liberación de ambas causó gran malestar en la familia Fernández.

