A cuatro meses de aquella madrugada terrible del 23 de marzo, cuando el músico sanjuanino Matías Cáceres le arrojó alcohol en la espalda y en la nuca a su pareja y le prendió fuego con claras intenciones de asesinarla, la Justicia le aplicó ayer al atacante una condena de 10 años de prisión, por hallarlo culpable de tentativa de homicidio doblemente agravado, tanto por la violencia de género ejercida en ese acto criminal como por el vínculo que lo unía con su víctima, que casi muere tras ese episodio en Rawson.
La primera reacción que había tenido Cáceres luego de ver cómo su pareja ardía en llamas fue llevarla él mismo al hospital en su moto. Pero desde entonces se cerró en la actitud de negar todo: dijo que se había tratado de un accidente doméstico y que la joven (32 años) se había prendido fuego ella misma intentando matar unas garrapatas. Pero de a poco irían apareciendo pruebas que complicaban al músico, además de que los vecinos habían escuchado los gritos de la chica y la habían visto salir a pedir ayuda.
El juicio terminó resolviéndose con relativa premura por las pruebas acumuladas. Una pericia de Bomberos determinó que el fuego había sido intencional, la propia víctima relató lo sucedido y un perfil psicológico de ambos ayudaba a cerrar el círculo sobre la relación entre una mujer dependiente emocionalmente y un hombre violento, posesivo y celoso.