La rutina del sábado en la tarde se imponía para Magalí Vara (26) y su familia. Sus hijos de 7 y 4 años jugaban en el patio de la casa prefabricada que le presta su mamá María, mientras ella compartía un día más en la casa de al lado, la de su progenitora, aquejada de diabetes. Pero minutos después de las 17 de ayer, la tranquilidad se rompió de manera dramática: los niños llegaron corriendo a avisarle de las llamas; un desconocido que pasaba en bicicleta no dudó en bajarse y armarse de un balde para luchar contra el fuego. Y, Magalí, desesperada, frenada a la fuerza por el mismo desconocido cuando pretendía meterse a salvar algo, aunque sea la ropa. Pero no. Impotente, vio cómo el fuego arrasaba con todo en dos dormitorios, la cocina, el comedor y el baño. Destrucción total en menos de 15 minutos en la vivienda de calle San Martín, entre Lemos y Jáchal, Villa Laplagne, Rawson.
Una cucheta, su cama de dos plazas, el equipo de aire acondicionado, una heladera, la cocina, tres placares con toda la ropa de su familia, un televisor, un reproductor de DVD, las bicicletas. Esto y todo lo que había entre esas paredes de madera con techo de machimbre y chapas, sucumbieron sin remedio ante el fuego implacable.
"Los bomberos me dijeron que fue un cortocircuito en mi dormitorio… esto me arruinó la vida ¿a dónde voy a parar ahora? ahí me prestaba mi mamá desde que me separé, no sé que voy a hacer", dijo ayer la joven, angustiada, porque sus ingresos son escasos pues se gana la vida vendiendo ropa.

