"Pasó todo de golpe", expresó una vecina que trabaja en una lomoteca, ubicada a la vuelta del taller de GNC que explotó. "Venían corriendo envueltos en llamas y los agarré con el sapito", dijo con la voz quebrada por los nervios.
La mujer que los socorrió dijo que comenzó a echarles agua con la manguera hasta que llegó la ambulancia y se los llevó. "Estaban perdiendo mucha sangre", lamentó.
Posteriormente, dijo que son muy ordenados en su trabajo y no había pasado algo así. "Son muy cautelosos los chicos y no entiendo qué puede haber pasado", destacó.