En la casa de los Bustos Lucero del asentamiento Pedro Echagüe, Santa Lucía, la angustia y la desesperación fue real y crítica: sucedió al mediodía de ayer cuando partieron a buscar a la sexta de sus 7 hijos a la escuela, no la encontraron y minutos después empezaron a recibir mensajes en los que la jovencita de 16 años aludía haber sido secuestrada al salir de clases y estar cautiva con otras cuatro chicas en una ‘combi negra’. Por eso el hermano mayor salió a buscarla en auto hacia la zona limítrofe de El Encón, en 25 de Mayo, y también cruzó a Chepes, en La Rioja, sin dar con ella. Otro tanto hizo su padre que partió hacia Mendoza, porque en uno de los numerosos mensajes recibidos por una hermana, mencionaba haber pasado una suerte de control en el que le cobraron $5 al chofer. Tan convencida estaba la familia de la maniobra delictiva que, temerosos, pidieron públicamente no difundir que la niña había burlado a sus captores escondiendo el teléfono del cual enviaba mensajes. La preocupación llegó incluso a las máximas autoridades de Seguridad del Gobierno, y se cristalizó un rastrillaje intensivo y un chequeo minucioso de datos encarado por los efectivos de la Seccional 5ta y los de Seguridad Personal de Brigada de Investigaciones, quienes incluso cruzaron información con otras fuerzas, como sus pares mendocinos y la Policía Federal.
Al hilar más fino, a última hora del día, la ‘grave situación’ parecía no ser tal porque dos amigas de la chica, Patricia, declararon en la Seccional 5ta haberla visto con su ex novio, un tal Pablo. Y sobre las 21,30 el subcomisario Rodolfo Andrada, el sargento Alejandro Brizuela y la agente Verónica Rodríguez (Seguridad Personal) confirmaban lo que más de uno suponía, cuando supieron que Baigorria era el apellido de Pablo (27), a quien encontraron en su casa del Lote Hogar 53, en Marquesado, Rivadavia, junto con la chica que durante nueve horas había fingido un secuestro que no existió, dijeron anoche fuentes policiales.
Todo comenzó a las 11,49, cuando la adolescente avisó a su madre que salía de la escuela. Al ver que no llegaba y el teléfono de la chica no respondía, la mujer mandó a un hijo a buscarla, sin éxito. Ese joven fue el que averiguó y recibió de una amiga la primera versión de que Patricia se había ido con el tal Pablo.
Los pesquisas supieron anoche que ambos habían viajado en micro y hasta fueron apedreados cuando los cargaron para llevarlos a la Central. Ahora la chica podría ser investigada por falsa denuncia y su ex por participar en ese delito y posiblemente en un delito sexual, porque su supuesta amante es menor.

