Una mujer que en mayo pasado había denunciado que su pareja violaba a su hija con discapacidad ahora es investigada por haber favorecido esos abusos, es decir, por haber cooperado con el hombre para que cometiera los ultrajes.
Ni ella ni el presunto violador son identificados para preservar a la víctima, que tiene 26 años pero que padece retraso mental.
El caso salió a la luz el 21 de mayo de este año, cuando el sujeto fue atrapado infraganti violando a su hija en su casa de Pocito, dijeron fuentes judiciales. El que lo vio fue una vecina que de inmediato dio aviso a las autoridades. En ese momento empezó a intervenir la UFI Anivi, desde donde buscaron a la madre de la víctima para que hiciera la denuncia y la representara en el proceso, explicaron voceros de la causa.
El acusado quedó detenido e imputado por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda. Actualmente tiene prisión preventiva y su causa se encuentra cerca de llegar a la audiencia de control de acusación, en la que Fiscalía pedirá que la causa sea elevada a juicio.
Sin embargo, durante la investigación los pesquisas escarbaron el contexto en el que estaba inmersa la víctima y descubrieron una supuesta complicidad de la madre con su pareja. Según fuentes judiciales, algunos testigos convocados y personas del círculo cercano que fueron entrevistadas revelaron que la mujer sabía de las violaciones y agregaron que las consentía o al menos prestaba colaboración para que el hombre llevara a cabo las vejaciones, por ejemplo saliendo de su casa con la intención de dejarlo solo con su hija, confiaron fuentes judiciales.
El pasado martes la sospechosa fue citada a Tribunales, a una audiencia en la que la ayudante fiscal Gabriela Blanco (UFI Anivi) pidió al juez de Garantías Matías Parrón que la dejara presa preventivamente por un plazo de 4 meses.
La defensa se opuso a esa medida y solicitó que continuara en libertad. "No tengo nada para decir", afirmó la nueva imputada cuando el juez le dio la posibilidad de declarar.
El magistrado finalmente aceptó que la mujer sea investigada y resolvió que siga en libertad pero bajo el cumplimiento de algunas medidas cautelares para que no interfiera en la investigación. Por ejemplo, le prohibió que tome contacto con los testigos de la causa y la obligó a constituir domicilio.
Fuentes del caso señalaron que la denuncia indica que los abusos contra la chica fueron reiterados y sostenidos en el tiempo cuando vivían juntos en Pocito. Ahora la chica se fue de esa casa, por lo que no convive con su madre. El delito que le achacan a la mujer, comprendido en el artículo 133 del Código Penal, dice que quienes cooperasen con la perpetración de delitos contra la integridad sexual serán reprimidos con la pena de los autores.