De lo que no tenían dudas los pesquisas, era del estado de nervios que presentaba el denunciante al momento de ser abordado por los policías para contar la traumática situación que -según sus dichos- había atravesado a manos de un grupo de delincuentes. Todo lo demás, lo miraban de reojo, porque para muchos la decisión de concretar un cambio para nada normal de dólares (se habla de 240.000, alrededor de 117 millones de pesos al precio blue de ayer para la compra) en una zona alejada y sin cámaras, le resultaba más que llamativo.
Para el joven que dijo haber sufrido ese percance sobre las 21 del jueves en inmediaciones de la avenida Joaquín Uñac (más conocida como Mendoza) y Calle 9, en Pocito, el hecho existió. Lo que dejaron trascender fuentes policiales es que el denunciante, identificado como Elías Zapata, aseguró que urgido por tener que realizar algunas operaciones comerciales en moneda nacional, se contactó con alguien para que le cambiara la friolera de 240.000 dólares y que con esa persona pactaron como lugar de encuentro Joaquín Uñac y Calle 9, en Pocito. Que partió para esa zona desde un domicilio en calle Las Heras, en Capital, y que cuando llegó al lugar acordado, fue emboscado por delincuentes que se movilizaban en dos vehículos que le cortaron el paso. De uno de esos vehículos, una Ford Ranger, bajaron al menos dos sujetos con los rostros cubiertos y con armas, que le sustrajeron el bolso con los dólares que llevaba en el asiento del acompañante.
Sin embargo, a los policías no les cierra más de una situación. Ayer dijeron que las personas que acostumbran a realizar un cambio de dólares tan abultado, lo hacen tomando sus recaudos, como concretarlo en lugar con testigos, cámaras y con el apoyo de por lo menos otra persona. Además, dijeron, Zapata no tendría un nivel de vida acorde con el volumen de la suma que -dijo- le fue robada.
Los investigadores aseguran que se dedica a comprar y vender vehículos y propiedades, como los que se rematan en subastas, pero que no lo tenían con un alto perfil en el volumen de sus operaciones.
De todos modos no daban nada por descartado. Ayer, habían comenzado a intentar reconstruir con las cámaras de seguridad todo el recorrido que Zapata les detalló hasta el lugar donde dijo haber sido asaltado.
‘Acá a esa hora (entre 21 y 21,30) el tránsito es prácticamente como ahora (ayer al mediodía) porque la gente va saliendo del comercio’, dijo un comerciante de la zona. ‘Mi hijo se va a trabajar a esa hora (21,30) y no vimos nada raro’, dijo otra vecina consultada por este diario.
Si hubo o no un entregador y otras situaciones que no parecían lógicas, eran ayer el foco de atención de los pesquisas.