Una mujer denunció que el conductor de un patrullero atropelló a su hijo y que, luego, robó o hizo desaparecer con un colega la bicicleta en la que circulaba el joven. Ocurrió en Caucete y los apuntados son dos policías del Comando Radioeléctrico Este, que ahora son investigados por Control de Gestión.
La denunciante se llama Elsa Muñoz (44), con domicilio en la Villa Dolores, en las afueras del departamento caucetero. Según su relato, todo ocurrió en la madrugada del 19 de este mes, cuando mandó a su hijo a buscarle unos medicamentos a una farmacia para los dolores que le provocaba el covid-19. Los problemas comenzaron cuando el muchacho, un jornalero llamado Emiliano Ontiveros (20), regresaba a su casa. Muñoz explicó que, minutos antes de la 1, su hijo pedaleaba por Ignacio de la Roza y que antes de Gregoria Matorras, a unas cuadras de su domicilio, policías que hacían recorridas se le pusieron a la par e hicieron sonar brevemente las sirenas del patrullero para que se detuviera.
Supuestamente el joven tuvo miedo y por eso no hizo caso y siguió. Fue entonces cuando, según la denuncia, el móvil policial lo embistió desde atrás, haciéndolo caer sobre un montículo de tierra, salvándose por muy poco de precipitarse en el interior de una zanja abierta en la calle por la obra de cloacas. Ontiveros sufrió raspones y lastimaduras en la pierna derecha, pero como pudo se levantó y corrió hasta su casa, cortando camino por pasajes internos de la villa. Muñoz contó que una vez que llegó su hijo salió a la calle y observó que venía el patrullero, a muy baja velocidad. Pero que pese a que les hizo señas no se paró. Y juró que observó que llevaban en el baúl la MTB fosforescente que le pertenece a un hijo más chico, de 14 años, que la usa para ir a la escuela. Por la hora -explicó- no hizo nada, pero al día siguiente fue a pedir explicaciones (y la bicicleta) y fue cuando en la Policía comenzaron "a tirarse la pelota". Según denunció, en la seccional 9na le dijeron que ninguna bicicleta con esas características había sido ingresada. Y que una oficial le contó que un policía del Comando esa noche había llegado lleno de tierra (supuestamente se cayó cuando intentó perseguir al ciclista), pero sin novedades sobre algún procedimiento. "Fui al Comando y tampoco me dieron respuestas. Yo lo único que quiero es que me devuelvan la bicicleta. A mi hijo me lo podrían haber matado… ¿cómo van a hacer una cosa así? Él no se paró porque si hacía eso lo iban a levantar y no me iba a poder traer la medicación. Acá permanentemente detienen a los chicos y se los llevan, los tienen 8 o 12 horas para averiguarle los antecedentes, los tienen hasta que ellos quieren, por eso se disparan cuando los ven", se quejó Muñoz.