El juez de instrucción Maximiliano Blejman procesó con prisión preventiva a un kiosquero de Pocito que, aprovechando que su pareja trabajaba de noche, violaba supuestamente a su hijastra de 13 años. Los abusos se habrían perpetrado desde octubre del año pasado a enero último. El hombre está preso desde el 14 de ese mes, ocasión en que se entregó espontáneamente en una comisaría de Rivadavia tras enterarse que su mujer lo había denunciado.

El titular del Cuarto Juzgado de Instrucción dictó el auto de procesamiento contra este hombre de apellido Páez (31) por el delito de abuso sexual reiterado con acceso carnal, calificado por la situación de convivencia, revelaron fuentes judiciales. La denuncia la hizo su propia pareja (de ese entonces) y madre de la nena el 13 de enero pasado, cuando su hija le contó que Páez la sometía sexualmente.

La niña le relató en ese entonces que todas las noches que ella se iba a trabajar (cuidaba a un enfermo desde las 23 a las 7), su padrastro se metía a su cama para manosearla y violarla. También señaló que la amenazaba de muerte para que no contara lo que le hacía. Los abusos fueron constatados por un médico legista, quien examinó a la niña. Ella misma dio su testimonio por medio de la Cámara Gesell ratificando sus dichos, además un informe elaborado por una psicóloga señala que no fabula ni miente acerca de sus afirmaciones y que muestra signos traumáticos producto de los abusos sexuales, indicó una fuente del caso.

Durante la indagatoria, el acusado intentó deslindar su responsabilidad argumentando que ‘es un capricho’ de la menor, que es problemática y que lo acusa porque no lo acepta como padre. En esa misma sintonía, trató de sembrar dudas sobre la reputación de la menor, diciendo que tenía distintos novios. El informe psicológico sobre él indica que no tiene ninguna patología, aunque eso no es suficiente para demostrar que él no tuvo nada que ver con los abusos.