El juez Ernesto Kerman (Sala II, Cámara Penal) ordenó ayer que una joven sea investigada por falso testimonio, pues había sido clave para complicar a su pareja, al hijo de un excomisario y a otro sujeto en el crimen de un cuidacoches. Y ayer negó todo e intentó hacer creer que su declaración fue algo armado por la Policía, primero, y luego en el juzgado.
Cuando Paulo Sanginez (31) murió, la tarde del 19 de febrero de 2016, una de las piezas claves de los pesquisas para esclarecer el caso y complicar a tres sujetos como autores de la brutal golpiza y el golpe con una piedra que causaron su deceso, fue la pareja de uno de los tres sujetos: Victoria Balmaceda.
Aquella vez, la joven dijo que su pareja, Fabián Sánchez (40) había tenido problemas con la víctima, pues ocupaban un lugar debajo de un árbol en una bodega abandonada detrás de American Cars donde dormían con otras personas en situación de calle. Y que cuando Sánchez le contó el problema a Javier Porras (hijo de un excomisario, patrón suyo en un carro panchero) este propuso “hacerlo mierd…”, idea que compartió también un primo de Sánchez, Cristian Sánchez, ahora prófugo. En su relato, mencionó que la víctima dormía cuando los tres lo atacaron brutalmente y que el prófugo incluso le dio una pedrada. Pero ayer, llamativamente, realizó una declaración calcada a la de su pareja y la de Porras, en la que este último aparece sólo como quien se metió a separar a Sánchez en uno de los dos violentos cruces con Sanginez. Otra testigo, en cambio, coincidió con el primer relato de Balmaceda, y complicó a los detenidos.