Ayer se cumplieron 4 años desde que Virginia Roquier vio por última vez a su hijo Cristian Santos. Hoy él tendría 26 años y ella lo extraña más que nunca. "Mi miedo es que esté en una red de trata y no pueda salir", dice, cargada de angustia.

El 10 de abril de 2018, Cristian salió de una consulta en el Hospital Rawson y desde entonces se encuentra desaparecido. Ese día Virginia lo despidió cerca de las 9. Nunca imaginó que era su último contacto. Pero no baja los brazos y sueña con "despertar de esta pesadilla": "No pierdo las esperanzas, siento que está vivo. Cómo y dónde, no sé. Yo sé que si él estuviera bien buscaría la forma de comunicarse conmigo, nunca fue de irse sin decirme nada. Siento que donde está lo tienen mal, contra su voluntad".

La investigación reveló que después de la consulta médica, el chico cruzó a la Terminal y se subió a un colectivo con destino a Mendoza. A partir de allí, más dudas que certezas. "No se investigó bien en los primeros días. Ni siquiera sabemos si llegó a Mendoza porque nunca nos dejaron acceder a las cámaras de la Terminal de allá", explica Virginia. Ahora la pesquisa está en manos de la Policía Federal Argentina (PFA), ya que se sospecha que efectivamente podría ser víctima de una red de trata. Su madre afirma que hace un tiempo le llegaron mensajes que aseguraban que Cristian estaba en la vecina provincia, travestido y prostituyéndose. Ella y su pareja, Hernán Espinoza, viajaron pero se volvieron con las manos vacías, tanto de allí como de Neuquén, de donde son oriundos. "Me he metido a boliches gays (cuando tenía 16 años él le dijo que era gay), llegué a crearme un Facebook falso para tener contacto con lesbianas y transexuales, consulté con una vidente. Hicimos de todo, hemos hablado con todo el mundo y no tenemos respuestas. Yo todo el tiempo estoy pendiente del celular, de que me llegue algún mensaje, pero a medida que pasa el tiempo los caminos se van cerrando y eso es desesperante", cuenta la mujer, ya sin poder aguantar el llanto.

"Tengo una caja con sus cosas, su perfume, sus fotos. Pero me hace muy mal ver eso"

Virginia y su pareja son neuquinos pero viven en San Juan hace 7 años, en Marquesado. Cristian se había venido 8 meses antes de desaparecer y estaba trabajando en una tienda del microcentro. Ese 10 de abril fue al Hospital Rawson a ver a su psicóloga, ya que el día anterior le habían llamado de la Policía de Neuquén, donde se había inscripto para entrar, para informarle que debía presentarse a un examen psicológico. Quería saber si ella le daba el visto bueno, pero le recomendó no viajar. En ese momento él estaba haciendo un tratamiento por su adicción a las drogas y estaba atravesando una crisis nerviosa por la que había pedido licencia en su trabajo. La psicóloga declaró que a pesar de ese revés lo vio salir bien, tranquilo, y que nunca le mencionó nada sobre irse.

"Me gustaría que la investigación sea activa, que lo salgan a buscar. Lo pido por favor".

VIRGINIA ROQUIER – Madre de la víctima

"Todos los días pienso en él, todas las noches rezo, le pido a Dios que me lo cuide… otra cosa no puedo hacer. La verdad uno nunca está preparado para esperar lo peor, pero yo deseo que aparezca de la forma que aparezca. Es terrible no saber nada. A sus cumpleaños los he pasado en silencio, ni siquiera puedo llevar flores a algún lugar. Yo sufro mucho pero intento mostrarme fuerte por mis otros dos hijos", admite.

¿Qué le dice si la estuviera leyendo? "Volvé, hijo, te estamos esperando. Acá no va a haber ninguna pregunta. Te quiero ver y abrazar, saber que estás vivo".