El testimonio de un perito informático complicó aún más la situación de uno de los acusados por el asesinato de la docente Sandra Silvia Palomo, ocurrido en agosto de 2019 en la ciudad de Salta cuando la víctima abordaba su camioneta luego de comprar en un supermercado.
Cuatro jóvenes llegaron imputados de haber sido partícipes secundarios del homicidio agravado por ensañamiento y alevosía de la mujer de 53 años, luego de que un quinto joven -sindicado como el autor material del ataque- fue sobreseído porque tenía entonces 15 años.
En la nueva jornada del juicio, dieron a conocer el resultado de una pericia informática a los dispositivos que les secuestraron a los acusados.
Según declaró el perito informático a cargo del análisis, en la tablet de Esteban Caro el 1 de septiembre de 2019, al día siguiente del crimen, se hicieron consultas en internet sobre "Sandra Palomo" y sobre "cuántos años te dan por cómplice de femicidio".
Además, el experto contó que en las pericias al celular de otro imputado, Ricardo Nahuel Bonifacio, surgieron tres audios de WhatsApp enviados entre el 1 y el 2 de septiembre de 2019.
En uno de ellos, el acusado manifestaba: "Yo sabía que no era de su viejo ni nada, es robada la camioneta". En otro decía: "Eh gil, sabés quién la mato… el gil de la camioneta. Él mató a la vieja y hoy cayó en cana". Y luego aseguraba que él "no tenía nada que ver".
"A mí me vinieron a buscar y dimos un par de vueltas", afirmaba en el audio para luego añadir: "Yo ya sospechaba algo. Yo le dije a Hugo: eh, gil, el techo está todo con sangre".
Por otra parte, se proyectaron grabaciones de cámaras de seguridad instaladas en comercios cercanos al supermercado en las que pueden observarse los movimientos de la camioneta robada a la víctima y se alcanzan a ver siluetas de personas sentadas en el asiento trasero del vehículo.
En el salón de grandes juicios de Ciudad Judicial se realizó hoy una nueva jornada de la audiencia de debate seguida por el homicidio agravado a Sandra Silvia Palomo. Hoy declararon técnicos del CIF y de la Policía.
El femicidio
De acuerdo con las investigaciones, el 31 de agosto de 2019 Palomo salió en su camioneta a hacer compras en un supermercado para festejar el cumpleaños de su nieto y no regresó, por lo que sus familiares realizaron la denuncia correspondiente. Su cuerpo fue encontrado al día siguiente en una zona rural, sobre calle Gato y Mancha, próximo al río Arenales, en el sur de la capital salteña.
Caro, Bonifacio y los dos otros dos acusados -de 17 años en ese momento- fueron imputados por la fiscalía interviniente como partícipes secundarios, aunque para la parte querellante fueron coautores del delito.
Los dos mayores se encuentran detenidos con prisión preventiva en la Alcaidía General de la Ciudad de Salta, mientras que los otros dos acusados están alojados en la Unidad Carcelaria local.
Por su parte, el señalado autor material del ataque permanece a disposición del juez de Menores 1 y la fiscalía pidió que sea alojado en un instituto de máxima seguridad y sometido a un tratamiento psicológico y psiquiátrico.
En septiembre del año pasado, la fiscal penal 1 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Ana Inés Salinas Odorisio, encargada de la investigación del hecho, pidió que sean sometidos a juicio los cuatro jóvenes como partícipes secundarios y los acusó de haber colaborado con el presunto autor material del crimen para descartar el cadáver, borrar huellas y hasta salir de paseo con la camioneta que le robaron a la víctima.
En el requerimiento, la fiscal consideró que el 31 de agosto de 2019, el menor identificado como el autor del ataque abordó a Palomo en el estacionamiento subterráneo de un supermercado del barrio Tres Cerritos, de la zona norte de la ciudad de Salta, y le propinó golpes y heridas mortales con un arma blanca.
Según la fiscal, el objetivo era apropiarse de la camioneta de la docente, tal como el sospechoso lo había anunciado previamente a su entorno social y familiar y por las redes sociales.
Sobre los otros acusados, la presentación fiscal establece que la ayuda posterior que le prestaron al autor "configuraría una participación secundaria", toda vez que los mismos, teniendo conocimiento del hecho que iba a cometer, aguardaron su llegada una vez consumado.
Luego, lo ayudaron a buscar el lugar propicio para descartar el cuerpo de la víctima, previo haber "usufructuado el vehículo obtenido en el hecho y utilizarlo para trasladarse, a modo de entretenimiento, por distintos puntos de la ciudad".
A esto lo realizaron, primero, transportando el cuerpo sin vida de la víctima y luego colaborando en lavar el rodado con el fin de hacer desaparecer los rastros del crimen, y alguno de ellos llegó incluso a asistir a una fiesta luego de descartar el cadáver de la víctima en un lugar donde pensaron no iba a ser encontrado, según detalló la fiscal.
La causa se inició por una denuncia realizada por la hermana de la víctima y el vehículo fue hallado la madrugada siguiente, a dos cuadras de su propia casa, con rastros de sangre y violencia en su interior, tras lo que fue encontrado el cadáver.