Un bebito de 1 año se encuentra en grave estado luego de caer a una pileta de lona en su casa del Barrio Valle Grande, en Rawson. "Cuando lo vi estaba flotando, boca abajo y no hacía nada, yo creía que estaba muerto. Ahí nomás lo saqué y fui corriendo hasta donde estaba mi mamá", dijo Sara (15), hermana del pequeño Ulises Eithan Jofré, quien anoche continuaba internado en el Hospital Rawson. "Lo traía boquita abajo, sin signos vitales, no lloraba, estaba morado e inconsciente", afirmó Jésica, quien ayer se encargaba de comentarle a los demás familiares novedades sobre la salud de su hijito.
Todo ocurrió pasadas las 8 del último sábado. "Estábamos por salir.. el bebé andaba gateando, jugando con una pelotita. En un momento mi marido entró al baño, pero yo no lo vi. Yo estaba peinando a las nenas cuando dejé de sentir la pelotita, dejó de rebotar… ahí le pregunté a mi hija y ella salió a buscarlo y al ratito me lo trajo casi sin vida. Ella venía con una crisis de nervios, sólo me dijo "mamá, mamá" y me lo dio", contó la mujer. Y siguió: "Ahí nomás reaccioné, sabía que tenía que hacer algo rápido, tomé coraje y le hice RCP (reanimación cardiopulmonar). Ahí el bebé expulsó mucha agua".
Mientras eso ocurría su esposo ya había salido corriendo a pedir ayuda en la seccional 35ta, ubicada en el mismo barrio. Los policías de inmediato fueron hasta la vivienda y continuaron con las maniobras de reanimación hasta que llegó la ambulancia.
Ulises cumplió 1 año el 17 de diciembre pasado y es el menor de 7 hermanos. Aún no camina pero es súper travieso. "Es muy travieso, se trepa a todo, tiene facilidad para escalar. En mi casa no puede haber una silla suelta porque ahí nomás se sube y después se pasa a la mesa, tiene eso de que lo que pilla se sube. Yo presumo que él se ha agarrado del caño de la pileta, ha trepado y se ha caído", sostuvo Jésica. La pileta tiene de alto unos 70 centímetros y tenía agua hasta un poco más arriba de la mitad.
La familia esperaba el resultado de un estudio neurológico que le hicieron al pequeño.
Ayer, mientras hablaba con el equipo de este diario, Jésica sostenía con fuerza un rosario que un rato antes le había llevado una amiga. "No soy muy creyente, pero hoy todo suma. Estamos aferrados a la fe, todos unidos esperando que pueda salir. Está grave, pero hay posibilidades de que salga. Para la edad que tiene está muy fuerte, tiene mucha fuerza para salir adelante", dijo. Entre familiares, amigos y vecinos, ayer habían más de 15 personas en la sala de espera del sector de Terapia Intensiva de niños. Todos acompañando a los Jofré. "Nos dijeron que en casos de bebés así es muy difícil que lleguen vivos, hay que esperar", cerró la madre. Como último pedido suplicó por oraciones.