El robo en 77 de las 647 cajas de seguridad que hay en el Banco Macro de Santa Fe perpetrado por una banda de al menos 8 delincuentes entre las 20 del sábado y las 4 del domingo, le habría dejado a los ladrones un botín mayor a los 32 millones de pesos (en diferentes monedas y objetos de valor). Así surge de un primer arqueo realizado por las autoridades bancarias luego de entrevistarse con varios de los 57 clientes afectados, que ya se preparan para realizar un reclamo judicial conjunto para resarcir daños y perjuicios, informó ayer el diario La Nación.

Entre los más importantes clientes afectados figuran firmas de diferentes rubros (sanatorios, concesionarios de vehículos y empresas constructoras) y particulares con muchos años de actividad con el banco.

Por el fabuloso golpe hay dos detenidos que habrían aportado asistencia logística a la banda integrada por ocho delincuentes, que habrían llegado desde Rosario o el Gran Buenos Aires. También se investiga si en Santa Fe capital se vendieron las máquinas y herramientas utilizadas para ingresar al tesoro (amoladoras y sierras circulares de alto poder de trabajo, y por lo menos seis equipos de soldadura electrógena). Otro punto importante a considerar es saber qué ocurrió con los equipos de alarma y video, y por qué ningún detector de movimiento o alarma de edificios vecinos se accionó ante las vibraciones y ruidos que debió provocar el accionar de los delincuentes.