Para los investigadores, el círculo cerraba casi a la perfección: Juan Saavedra, como funcionario nacional de la Gerencia de Empleo, se encargaba de aprobar los proyectos de capacitación presentados por organismos sin fines de lucro, como la asociación que integraba su hermano Romeo (puntero justicialista en Chimbas), como paso clave para poder conseguir el beneficio de un subsidio en dinero canalizado a través de una tarjeta otorgada por el Banco Nación. Ese parentesco parecía garantizar el beneficio, pero también otorgaba poder a quien lo administraba al punto de que ahora, Romeo, su hija Sol y hasta su hermano Juan, están presos, sospechados de participar en los presuntas ventajas que les dejaba la administración de esos planes de capacitación. La sospecha es que a cada beneficiario le exigían una parte del subsidio (se habla de planes de $1.850 y otros de $8.000) y habrían lucrado ilegalmente con una cuota en cada una de por lo menos 100 tarjetas otorgadas, dijeron fuentes policiales.
La hija del puntero captaba “beneficiarios” en la UCC.
La prueba más patente de que las cosas parecían funcionar así fue la detención del puntero Romeo Saavedra el 20 de diciembre pasado en el Banco Hipotecario. Allí no dudó en usar varias de las 51 tarjetas que tenía para sacar dinero, al punto de que cuando la gente se cansó de esperar y entró a ser sospechoso que una sola persona tuviera tantos plásticos, ya había sacado casi $80.000.
La cuestión no quedó ahí pues enseguida cayó su hija Sol, que estudia medicina en la Universidad Católica de Cuyo y allí se habría encargado también de conseguir beneficiarios, a cambio de un porcentaje, dijeron los voceros.
El caso de todos modos no quedaría sólo en la familia Saavedra, pues en la mira estarían otros “beneficiarios” que también habrían sacado provecho.