Un joven de 30 años reconoció ayer que entre mayo de 2019 y junio de 2021, produjo, publicó e facilitó archivos con pornografía de niños que no tenían más de 11 años. Tan intenso fue el tráfico de fotos y videos con esos menores (principalmente varones) que se le detectaron 357 archivos, elaborados y divulgados desde su teléfono. Las pruebas contra Francisco César Morán Bastía resultaron tan contundentes, que se allanó a reconocer la autoría de los delitos que le atribuía el fiscal de la UFI ANIVI Roberto Mallea, con quien pactó una pena de 10 años a través de sus defensoras Cecilia Bianchi y Gabriela Sánchez. Ese castigo, por los ilícitos admitidos por el acusado, fue el que finalmente impuso el juez de garantías Alberto Caballero, informaron fuentes judiciales.
Los reportes sobre el tráfico ilícito llegaron a San Juan el 24 de junio pasado, desde la Unidad 24/7 apostada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). La maniobra fue detectada por el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados (National Center for Missing and Exploited Children, NCMEC), ente sin fines de lucro creado en 1984 por el Congreso de EEUU.