La jueza Silvia Peña Sansó de Ruiz (Sala I, Cámara Penal) debe decidir si acepta o no el juicio abreviado. Si lo hace, no podrá aplicar una pena mayor.

 

La niña había ido a ver a una amiga en el barrio La Estación, Rawson, y eran como las diez de la noche cuando se fue a un kiosco a comprar un jugo. Fue en ese trámite que se topó con un conocido suyo, amigo de su hermano, que la invitó a dar una vuelta en moto. La niña subió al rodado que conducía Franco Nahuel Mercado (20), sin pensar que esa vueltita acarrearía un gran costo emocional y físico. Porque el sujeto enfiló derecho hacia la zona de un cementerio privado en Pocito, hasta llegar a un descampado. Para entonces hacía rato que la niña le había dicho que quería bajarse pero no hizo caso. Tampoco cuando la nena se resistió. Esa noche del 29 de enero de 2018, la niña fue violada y además del ultraje sexual debió soportar la burla de ese sujeto -así lo declaró luego- que la amenazó para que no le contara nada a su familia y encima la dejó a pie.

No dijo nada esa noche, pero su mamá la notó rara y con el pelo sucio. Al otro día, la chica alcanzó a decirle algo sobre ese sujeto que solo conocía como Franco y sabía que se drogaba. Pero a su padrastro le contó todo.

Cuando Mercado cayó preso intentó despegar. Negó en todo momento haber abusado de la niña y buscó mostrarse como víctima. Dijo que esa vez él estaba con un amigo cuando la nena pasaba con otra amiga y comenzaron a piropearlos y provocarlos. Es más, intentó mostrar a la chica con un comportamiento adultizado, al decir que le había dicho que tenía 16 años y que ella lo besaba y lo manoseaba.

Ante el juez del caso sus dichos no pasaron de una mera posición defensiva, pues dos psicólogas que entrevistaron a la niña informaron que notaron en ella los síntomas de un niño abusado.

Ayer, Mercado y su defensor Faustino Gélvez acordaron un juicio abreviado con la fiscal Marcela Torres, en el que acepta una pena de 7 años de cárcel. Ahora, la jueza Silvia Peña Sansó de Ruiz, debe resolver.