“Es para seguridad de las chicas”, le dijo Enrique Romero Oneto (exfiscal de Investigaciones Administrativas en La Pampa) a su exesposa Laura Fiorini, cuando la mujer le preguntó por la presencia de una cámara en el baño disimulada en un reloj. El aparato enviaba una señal directamente a la computadora del sospechoso. El diálogo ocurrió luego de que la mujer tomara todos los recaudos para denunciar, primero, y evitar así que su exmarido borrara los videos (seis en total grabados los días 5, 6 y 11 de enero de 2016) y moviera sus contactos e influencias en el Poder Judicial pampeano para lograr su impunidad.
Fiorino acudió a la Justicia cuando su propia hija le comunicó, acongojada, que había descubierto en la computadora de su papá las imágenes del baño en las que ella y sus amigas (entonces de 13 y 14 años) habían ingresado.
“No le fui a decir nada al principio por miedo a que borre todos los videos y se pierdan las pruebas”, contó Fiorino, para agregar que debió tener mucha cautela al denunciar.
“Fui cuestionada por la decisión que tomé, decían que yo lo hacía por despecho”, dijo la Mujer al canal de noticias TN. “Es muy duro estar en esta situación porque ponen en duda las situaciones traumáticas de unas menores”, agregó.
Ayer, un tribunal de esa provincia entendió probada la existencia del delito de producción de imágenes de menores de 18 años con fines sexuales. Y condenó al exfiscal a la pena de 3 años y 6 meses de cárcel, que no será efectiva, porque aún no está firme (puede pedir que lo revisen) y porque el sospechoso ya tiene 70 años y puede pedir el arresto domiciliario.
Romero Oneto había renunciado el cargo de fiscal de investigaciones administrativas en 2007, cuando se retomó un juicio político para destituirlo.
Ya había sido condenado en 2014 a 3 años de prisión por haber cobrado coimas para la construcción del primer tramo del Acueducto del Río Colorado. Sin embargo no fue a prisión porque posteriormente se estableció que la causa había prescripto.