‘Soy inocente, no se probó lo que me acusan’. ‘Soy inocente, hice bien mi trabajo’. En sus últimas palabras antes de cerrar el debate, el agente Jonathan Emanuel Gómez (27) y la cabo Lorena Paola Ramos (38), insistieron en su intento de desligarse de una acusación grave: haber inventado que un joven le robó un celular y otras cosas a Gómez, el 15 de noviembre pasado alrededor de las 18,40 en inmediaciones del complejo de canchas de fútbol llamado ‘La Cantera’, en Pocito. Sin embargo ayer, la jueza Gema Guerrero no dio crédito a sus palabras y tampoco a la versión de su Defensa que buscaba absolverlos. Y apoyó la teoría del fiscal coordinador de la UFI de Delitos Especiales, Iván Grassi, de que ambos policías cometieron el delito de falso testimonio agravado, por ser en perjuicio del imputado en una causa criminal. Así, condenó a Gómez a 3 años de prisión de ejecución condicional (sin detención) y a su ‘cómplice’, Ramos, a 1 año de castigo con la misma modalidad y por igual delito.

‘Mintieron. Gómez ideó un plan criminal con la colaboración de Ramos. Plantaron prueba y eso es gravísimo, porque llevó a tener 15 días detenida a una persona que hasta pudo ser condenada por un delito que no existió’, había dicho en sus alegatos el fiscal Grassi.

EL ‘ROBO’

Aquel 15 de noviembre a Gómez y a su hermano realmente les robaron, pero no el teléfono del policía. Según la investigación encarada por el fiscal Grassi y la ayudante fiscal Victoria Ruiz, esa tarde los hermanos repartían bebidas (eso hace el agente en sus días de franco) cuando alguien les sustrajo un cajón de envases de gaseosas y una llave cruz del auto. Molestos, salieron en busca de los ladrones y encararon al primer grupo de jóvenes que vieron. Ahí estaba Daniel Rodríguez (20) quien se dirigió hacia los policías -dijo- porque golpeaban a dos menores y pensaba que uno de esos chicos era su hermano.

Ese altercado generó un violento cruce en el que los Gómez terminaron apedreados (igual que los policías que llegaron en apoyo) y con el parabrisas roto del Renault Clío en el que andaban.

Antes de que Rodríguez fuera detenido, una vecina declaró haber visto pasar por la vereda de su casa a un sujeto de remera blanca y bermudas negras que arrojó un teléfono en su patio que da a la calle, detrás de las rejas. Y que instantes después ese mismo sujeto (resultó ser Gómez) regresó a pedirle el teléfono, cosa que ella no hizo.

Es más, le sacó fotos al teléfono, le sacó fotos al sujeto que vio arrojarlo (Gómez) y hasta grabó una charla que mantuvo con él, en la que el ahora condenado le decía que era policía y le pedía el aparato. La mujer entregó el celular recién cuando apareció un uniformado y entonces -según Fiscalía- Gómez se apoderó de su celular y lo manipuló durante horas, a pesar de que no podía tocarlo porque se suponía que estaba secuestrado como prueba del delito.

Gómez no dijo esa vez que arrojó el aparato en casa de una vecina, ya que denunció que se lo robaron y que se le había caído durante un forcejeo al sujeto (Rodríguez) que habían detenido, decenas de metros más allá de la casa de la vecina que lo complicó.

Lo mismo declaró la cabo Ramos y también otro policía que llegó al lugar, Carlos Alberto Martín, y que ahora será investigado también por falso testimonio agravado, pues durante la investigación no describió esa circunstancia puntual, pero en el juicio aseguró que el aparato se le cayó al detenido, indicaron fuentes judiciales.

El caso había sido denunciado el 2 de diciembre pasado por el juez de Flagrancia Ricardo Grossi Graffigna. El magistrado mandó a investigar a los policías por las notorias contradicciones con la vecina y ordenó la libertad de Rodríguez, a quien desligó del caso luego de que el joven pasara 15 días detenido por robo.

Aquella vez, la madre de Rodríguez había denunciado a los policías por los presuntos apremios ilegales cometidos en contra del joven.

Al cabo del juicio, el defensor de ambos policías, Javier Cámpora, cuestionó por contradictoria la versión de la vecina (principal testigo en contra) y pidió que sean absueltos porque, en su opinión, Fiscalía no probó la acusación. Ahora, podrá reclamar ante un Tribunal de Impugnación.