El juez Juan Carlos Peluc Noguera le impuso 12 años de cárcel a un discapacitado en silla de ruedas por violar a su pequeño hijastro.

 

La relación había transitado por la normalidad más o menos 7 años, justo la edad del hijo de esa mujer que llegó embarazada a la vida de ese hombre en silla de ruedas que le mostró contención. Con él intentó una familia. En ese tiempo el discapacitado le dio su apellido al chico y lo crió como si fuera su hijo. Pero todo empeoró, se separaron y el asunto terminó de manera aberrante: durante las visitas a la casa de su ‘papá’, niño resultó violado en dos ocasiones.
Y fue al cabo del último ultraje, en mayo de 2015, que su madre notó que algo no estaba bien. Cuando el hombre (hoy de 57 años) llegó a devolverle al menor, entonces de 8 años, le dijo a las apuradas que tuviera cuidado, porque se había puesto muy mentiroso. Y se fue rápido sin dar mayores detalles.

Ese mismo día el chico se defecó encima y no paró de llorar. A su mamá la cuestión no le cerró, pero cuando pudo conseguir una explicación se topó con el plan que había urdido su ex: el chico mintió y le dijo a su mamá que otro niño de 14 años, había llegado cuando su ‘papá’ no estaba y lo había violado.

En el acto hubo denuncia. Y enseguida también se supo la verdad: en Cámara Gesell el nene dijo que en realidad lo había ultrajado su ‘papá’.

Pero el sospechoso se empecinó en demostrar su ‘inocencia’. Y su insistencia lo llevó a tenderse una trampa así mismo: en su afán de demostrar que no tenía la virilidad para perpetrar los gravísimos actos que le atribuían, su defensa se animó a pedir una pericia médica. Y le salió en contra.

Esa prueba terminó por hundirlo. Y fue tal vez una de las razones por las que su abogado defensor Darío Amaya, le aconsejó evitar el desgaste de un juicio normal y aceptar su responsabilidad en un juicio abreviado. Con la fiscal Leticia Ferrón de Rago acordaron un castigo de 12 años. Y esa fue la pena que le impuso el juez Juan Carlos Noguera (Sala II, Cámara Penal).