Un día antes de convertirse en homicida, Leonardo Sebastián Vargas (43 años, alias "Payaso") había estado emborrachándose con unos amigos. Hasta que en la madrugada del día siguiente, el 14 de agosto de 1998, se metió por la ventana a la casa de un vecino suyo en la Villa Observatorio, en Chimbas, lo molió a golpes en la cama en que dormía, le robó algunas cosas y prendió fuego con un candil la cama donde quedó la víctima boca arriba y también quemó otra habitación de la vivienda. Pablo Enrique Osandón se llamaba ese vecino, tenía 72 años y murió ahogado con su propia sangre. Al cabo de un juicio, el 21 de febrero de 2000, Vargas fue condenado a 21 años de cárcel por robo seguido de muerte e incendio.
Según el expediente, pasó encerrado 10 años hasta que pudo volver a su casa con salidas transitorias, el 30 de abril de 2008, régimen que vulneró por lo menos una vez. Entonces fue declarado rebelde y recapturado. Finalmente sus días en la calle se hicieron más frecuentes y pudo intentar rearmar su vida con una joven, madre de tres chicos, en el barrio Patetta, Chimbas.
El confeso golpeador fue condenado a cumplir 3 años de encierro efectivo.
Pero el control de sus impulsos volvió a jugarle una mala pasada y el 17 de abril pasado, estalló otra vez y quedó involucrado en un episodio muy violento: su pequeño hijastro de 6 años se resistió a una orden suya de hacer la tarea escolar, y la respuesta fue de terror: agarró a trompadas al chico, sobre todo en el rostro. Ese día el niño fue a la escuela, pero los docentes notaron las marcas de los golpes, le preguntaron qué le había pasado y el menor les contó todo. Un médico evaluaría después que esas lesiones eran graves (le llevaron más de 30 días de recuperación) y Vargas quedó muy complicado.
Su autoría en ese delito resultó tan firme, que al momento de sentarse en el banquillo de los acusados en la Sala I de la Cámara Penal decidió con su defensora María Noriega acordar un juicio abreviado con la fiscal Marcela Torres. Lo ratificó ante la Asesora de la Niñez Patricia Sirera y el juez del caso Raúl José Iglesias, quien aceptó esa salida para el final del proceso y le aplicó la misma pena que el acusado aceptaba recibir, 3 años de cárcel de cumplimiento efectivo. Ahora, Vargas será declarado reincidente.