"Que Dios los proteja con su manto de sangre", dijo en la sala de juicio el exminero. Luego terminó condenado a 25 años por los graves delitos contra sus tres hijos y volvió a la cárcel.

 

Los jueces Juan Carlos Caballero Vidal (h) y los subrogantes Matías Parrón y Silvina Rosso de Balanza (Sala I, Cámara Penal) condenaron ayer a 25 años de cárcel a un exempleado minero de 44 años, por violar a sus dos hijas, manosear a su hijo y corromper sexualmente a los tres cuando eran menores. Y ordenó de inmediato que vuelva a prisión (estaba libre por el vencimiento de su prisión preventiva) hasta que la Corte de Justicia confirme o no el fallo, dijeron fuentes judiciales.

El tribunal también adhirió al pedido de la fiscal Marcela Torres y el defensor oficial que actuó como abogado de las víctimas, Carlos Reiloba, para que se investigue si la madre del condenado pudo ser su cómplice, pues los niños dijeron en Cámara Gesell que su abuela estaba al tanto de los abusos que sufrieron.

Antes de ser condenado, el sospechoso había soltado una frase que causó impresión en más de uno. Luego de elogiar el trabajo de las partes, había pedido "que Dios los proteja con su manto de sangre".

El ahora condenado fue denunciado el 29 de octubre de 2012. Entonces se supo que a la mayor de sus hijas la violó durante 6 años. Que al varón lo manoseó durante 7 años y que a la menor de sus hijas la violó y le mostró pornografía durante 2 años.