Un jubilado de 71 años fue condenado ayer a 10 años de cárcel, por haber violado y corrompido sexualmente, durante 3 años, a su propia nieta. Los jueces Eugenio Barbera y los subrogantes Juan Carlos Caballero Vidal y Silvia Peña Sansó (Sala III, Cámara Penal) aplicaron así la misma pena que el anciano aceptó recibir, cuando confesó su responsabilidad en un juicio abreviado que firmó con el fiscal José Eduardo Mallea y el defensor Gustavo De la Fuente. Igual seguirá con arresto domiciliario por tener más de 70 años.
Tenía 13 años la niña cuando se conoció su terrible situación, en diciembre de 2014. Fue en una iglesia evangélica a la que asistía, en la que dos profesionales de ese culto notaron sus cambios de conducta, le preguntaron y conocieron lo que sufría y denunciaron.
Según el expediente, a esas dos mujeres la niña les contó que su abuelo comenzó a abusar de ella desde el mismo momento en que murió su mamá, quien le advertía que tuviera cuidado con el padre de su papá. La niña fue a parar a casa del anciano tras la desgraciada pérdida de su madre, porque no se llevaba bien con la nueva pareja de su papá.
Y quedó a merced de las depravaciones de su abuelo, porque su abuela dormía en otra habitación y cerraba con llave. Y no le creyó a la niña cuando le contó el horror que atravesaba. Es más, a esa mujer se señala como la principal manipuladora para que la niña se retractara por los problemas económicos que le acarreaba su marido preso. Y la chica lo hizo, pero las pruebas habían sido muy contundentes.
