Un policía de la Comisaría Vecinal 5 B de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue condenado ayer en Flagrancia a 2 años y 4 meses en suspenso (sin encierro) por portar ilegalmente un arma de guerra, una pistola Ballester Molina 11.25 con 7 cartuchos. Esa arma, junto con cocaína, cogollos de marihuana y algunas pastillas de éxtasis, le fueron secuestradas a Carlos Elián Montoya (30) del Renault Megane que conducía (acompañado de su novia y su padre y la pareja de este) el pasado 5 de marzo, alrededor de las 15, en un operativo de rutina realizado por Gendarmería en la Ruta 149, cerca del Parque Nacional El Leoncito, en Barreal, Calingasta.

La pena a Montoya le fue impuesta por la jueza Celia Maldonado. Y fue la misma que le propusieron en un acuerdo de juicio abreviado alcanzado por el imputado con sus defensores César Jofré y Daniel Turón, con el fiscal Cristian Catalano. En ese acuerdo, se estableció aplicar uno de los atenuantes para los casos de portación ilegal de arma previstos en el artículo 189 bis del Código Penal.

Cuando lo capturaron, Montoya había dicho que era policía federal, pero de la investigación encarada se estableció que no era así, pero que desde hace 7 años era efectivo en la Comisaría Vecinal 5 B, que desde hace cuatro años está con carpeta médica y que la pistola 11.25 no se la habían provisto en esa Fuerza, dijeron fuentes judiciales.

Por la escasa cantidad de droga que le secuestraron (unas tres pastillas de éxtasis y unos 15 gramos de marihuana), Montoya también fue licenciado en la Justicia Federal, por lo que quedó en libertad en ambas causas, dijeron fuentes judiciales.