El semáforo en funcionamiento y otra norma implícita: un límite de velocidad no mayor a 40 km por tratarse de una zona urbana. La teoría indica que el cumplimiento de esas exigencias legales mínimas para circular en la ciudad sirve para evitar cualquier imprevisto (salvo fallas mecánicas) o problemas en el tránsito, pero ayer a las 17.30, por enésima vez, una infracción vial por poco no provocó un desastre en un cruce de calles capitalino. Según la Policía, en Aberastain y General Paz, Marcelo Rabbia (40) y su mujer Noelia Cerri (31, embarazada de 3 meses), terminaron con cortes y otras lesiones menores luego de estrellarse y derribar un semáforo cuando transitaban en su Chevrolet Corsa hacia el Este por General Paz.
La otra parte del choque, Mario Alvarez (69) también terminó en una vereda en una camioneta Mitsubishi. Circulaba al Sur por Aberastain. Según la Policía, ambas partes se culpaban de cruzar en rojo.

