Gabriela Núñez es la mujer acusada de matar de un ladrillazo a su expareja la mañana del sábado en Lote Hogar 12 de Pocito. De acuerdo a los primeros informes que tiene la fiscalía, la mujer entendió la criminalidad de su acto, aunque faltan pericias más profundas y rigurosas para conocer el trasfondo de lo que ocurrió.
"Se mostró compungida por el episodio, dijo que tuvo miedo, se mostró sensible y entendió la criminalidad de su acto", dijo en Estación Claridad el fiscal Francisco Micheltorena, de la UFI Delitos Especiales.
El fiscal agregó que el testimonio del remisero que fue a buscar a la víctima, Gonzalo Martínez (25), sirvió para acreditar la figura de Homicidio agravado por el vínculo.
La primera audiencia del caso se realizará mañana.
Gabriela Núñez (28) confesó ser la autora del crimen del padre de tres de sus cuatro hijos, pero informalmente dijo a los pesquisas que su intención no fue causarle la muerte y que le arrojó el ladrillo como respuesta a una agresión previa por parte de él. Fuentes judiciales confirmaron que la mujer tenía marcas en el cuello, pero debían analizarlas para chequear su versión.
Martínez y Núñez estaban separados desde hacía unos dos años, pero seguían en contacto por sus hijos. El sábado, el joven fue por la casa de ella supuestamente porque era el cumpleaños de una de las nenas, de 3 años. Su familia señaló que había ido esa misma mañana y que a las 8 entraba a su trabajo en una carnicería de Rawson. Pero los investigadores manejaban la versión de que estaba desde antes en esa vivienda donde supo convivir hasta la separación. "Esa casa es un desastre, hasta metían travestis", afirmaron en el entorno del fallecido. Los vecinos coincidieron en que eran comunes las "juntaderas". En la madrugada del sábado hubo una de esas reuniones. Según fuentes policiales y judiciales, no faltó el alcohol y sobre la mesa además hallaron algo de marihuana. En esa juntada estaba también la actual pareja de Núñez, de apellido Roca. Ese muchacho tuvo un cruce con Martínez horas antes del episodio del ladrillo. Supuestamente Roca fue agredido con una botella de cerveza, ataque por el que fue atendido en el Hospital Rawson.
Esa fue la antesala de lo que pasaría después, cuando Martínez ya se retiraba de la casa. Sus hermanos dijeron que había pedido un taxi a través de una aplicación del celular. Cuando el vehículo llegó, salió y se subió. Pero pegó la vuelta cuando Núñez le gritó que se estaba olvidando la campera y una riñonera. En teoría cuando caminaba nuevamente hacia el taxi la mujer le arrojó el ladrillo, desde una distancia no muy larga. Ese ataque por la espalda resultó mortal, porque le dio justo en la base del cráneo, cayó y no se levantó más.

