Que les cuesta entender qué se le cruzó por la cabeza al tirador para ejecutar semejante decisión. Que no lo creían capaz de hacer eso, menos con sus hijos. Y todo esto los tiene muy tristes y angustiados.
Esas sensaciones atraviesan los familiares de Julieta Herrera (32), la mujer baleada en Rawson por su expareja, José Luis Miranda (35), quien también disparó e hirió a sus dos hijos, de 9 y 4 años.
Micaela, hermana de Julieta, comentó que nunca se imaginaron que algo así podía pasar. Dijo que su hermana estuvo en pareja con Miranda alrededor de 10 años, que convivían con sus dos hijos y que hace algunos meses, más o menos a mitad de este año, cortaron la relación, quedándose ella en la casa de la Villa Don Pablo junto a los nenes.
La familia afirma que desde ese momento hubo un quiebre en el comportamiento de Miranda, a quien consideraban una persona "buena". Señalaron que desde esa ruptura comenzó a amenazarla y que ejercía violencia psicológica sobre ella, pero -por lo que saben- nunca la había golpeado. También deslizaron que posiblemente empezó a vincularse con el mundo de las drogas.
Lo concreto es que un episodio previo al de este jueves encendió las alarmas, pues subió el grado de violencia, indicaron. Según la versión de los familiares, fue cuando el hombre entró a la casa de su expareja e intentó, o logró, quitarle el celular. Ese episodio desencadenó una exposición que hizo ella ante la Policía. Fue el 10 de octubre en la comisaría 25ta, desde donde giraron actuaciones al Área de la Mujer de la Municipalidad de Rawson. El expediente llegó a la Justicia recién este miércoles, un día antes del intento de femicidio. Lo que se sabe es que la mujer pedía medidas de protección, como una prohibición de acercamiento de su ex hacia su persona.
La familia afirmó que en este mes sufrieron mucho al conocer la situación que atravesaba Julieta. Agregaron que el nene de 9 años se rehusaba a ver a su padre de manera seguida, que el padre tampoco se comunicaba mucho con los chicos y que el chiquito de 4 años, como tiene un grado de autismo, mucho no entendía lo que pasaba. También contaron que Miranda solía decirle a su exmujer que iba a escracharla y arruinarle su carrera (le queda poco para recibirse de maestra de grado).
Por otro lado, indicaron que Julieta solía decir que tenía miedo de que el padre de sus hijos se matara, pero que nunca salió de su boca que temía la posibilidad de un ataque hacia ellos. Esa gravísima probabilidad terminó ejecutándose en la madrugada de este jueves.
Según fuentes judiciales y policiales, Miranda apareció por la casa, situada en calle Rizo entre José Hernández y Rio de La Plata, en la noche del miércoles. Todo indica que bebió alcohol y que discutió con su ex. Después de eso intentó asesinar a ella y a sus dos hijos, y luego buscó suicidarse.
Julieta recibió al menos un disparo en el rostro. Mateo, el nene de 9 años, uno en la cabeza, a la altura de la sien. El de 4 fue herido en el costado derecho del pecho. En tanto, el tirador se disparó en la cabeza.
Fue un llamado al 911 el que alertó a la Policía, por gritos y ruidos de detonaciones de arma de fuego. Los pesquisas que llegaron primero se encontraron con una escena horrorosa: Julieta estaba ensangrentada, cerca de la puerta, en estado de shock. El menor de 9 años estaba tirado en el patio, inconsciente. El de 4 en una de las habitaciones. Y el tirador en el baño.
Actualmente todos están fuera de peligro, a excepción de Mateo, el nene de 9 años, cuyo estado es crítico. Durante la madrugada fue sometido a una extensa cirugía y ahora pelea por su vida en el Hospital Rawson.