El sueño del Kevin Sosa, de apenas 2 años, se cortó de golpe. El vidrio de su ventana, que da a la calle Necochea, estalló en mil pedazos producto de la onda expansiva que generó la explosión del tanque de combustible del colectivo de La Positiva que ardió en llamas este martes por la mañana.
El nene estaba durmiendo en una cama de dos plazas cuando el micro se incendió. Su papá, que es panadero y en ese momento estaba amasando en otro lugar de la casa, escuchó el estruendo y fue a ver qué había pasado.
En ese momento se dio cuenta que el cubrecama de Kevin estaba lleno de pedazos de vidrio y la cama rota, aparentemente producto de que se embolsó el aire en la habitación (tenía una sola ventana) y generó un fuerte estruendo en el interior.
Más allá del llanto de Kevin, el nene no sufrió ninguna herida y fue su padre el que le dio los primeros auxilios.