Lo que debía ser una simple reunión familiar casi terminó en una desgracia la noche del viernes en una casa de fin de semana en Barreal, Calingasta. Todo por una pérdida de un tubo de gas que estalló en llamas por la chispa de un calefón y alcanzó a cinco personas. El más grave fue el dueño de casa, que sufrió quemaduras en el 40 por ciento del cuerpo cuando se metió a cortar el suministro, dijo ayer Graciela Marengo, la esposa de la víctima.
Esa noche estaban Héctor Eduardo Ruffa (51), junto a su esposa Graciela Marengo (46), su hija María Cecilia (21), su sobrino Nicolás Bastías Ruffa (18), el novio de la chica, Matías Ortiz (19), y el padre del muchacho Mario Pajares (51), dijeron fuentes policiales.
Según la policía, la joven, su novio y el padre del muchacho estaban calentando un calefón a leña en una de las galerías de la casa ubicada en calle Presidente Roca y Cantoni. Mientras echaban leña, una chispa originó que una pérdida en uno de los tubos de gas de 45kg. que utiliza la familia para los quehaceres diarios, causara un fogonazo, precisó Marengo. Su marido, salió al escuchar los gritos, logró cerrar la válvula pero las llamas alcanzaron su cuerpo. Sus pantalones ardieron y el resto de sus familiares tuvieron que auxiliarlo para a apagar el fuego, contó la mujer.
De inmediato, llamaron a una ambulancia que trasladó al hombre, su hija, yerno y consuegro hasta el hospital de Barreal, pero ante la gravedad de las lesiones del dueño de casa, los médicos de ese nosocomio decidieron derivarlo al hospital Marcial Quiroga, en Rivadavia. Los demás quedaron unas horas en observación y fueron también trasladados a Rivadavia en la tarde de ayer para ser atendidos de las quemaduras menores que tuvieron, dijeron en la policía.
"Mi marido tiene el 40 por ciento del cuerpo quemado. El fogonazo le alcanzó el pantalón de nailon que tenía puesto y nosotros se lo apagamos… nunca nos había pasado una cosa así pero por suerte mi marido está bien", dijo ayer la mujer, preocupada.

