Había pasado su infancia y gran parte de su vida en la Villa Hilda, cerca del Club Amancay, en Santa Lucía. Allí, le decían "Lola" a Dolores Soria. Allí, estaban entristecidos ayer por el trágico fin que tuvo por un accidente el último viernes. Conmovidos, pero también con bastante bronca estaban sus familiares, que escuetamente se refirieron al hecho al ser consultados por este diario, pero no dudaron en remarcar un detalle: "La familia no está bien y no quiere hacer declaraciones, estamos muy dolidos con todo esto… pero la chica que la atropelló iba mensajeándose por celular", dijo una joven que se identificó como la cuñada de "Lola", que tenía 50 años, estaba casada, era madre de dos adolescentes y vivía en un barrio de Santa Lucía.
De allí había partido el viernes bien temprano para ir a su trabajo en una fábrica de ropa al mando de una moto Conisa 110 cc. Cerca de las 8, cargaba a su compañera laboral Alicia Aguirre (42) en su moto y enfilaban por San Lorenzo hacia el Este con intenciones de girar por Angualasto al Norte, en Santa Lucía, rumbo a la fábrica.
Pero allí sucedería lo peor. Todo indica que cuando quisieron doblar, Sol Guarnido (29) las atropelló con el auto Chevrolet Onix que conducía también por San Lorenzo hacia el Este. Y tan violento fue el impacto, que "Lola" salió despedida y se estrelló contra el parabrisas del Renault Megane en el que William Fernández (39) transitaba en sentido contrario por San Lorenzo.
Desde entonces todo se complicó para la conductora de la moto, que sufrió varias fracturas y otras lesiones de las que no pudo reponerse. Al punto de que 12 horas después, alrededor de las 20 del viernes, perdió la vida en el hospital, dijeron fuentes judiciales. Aguirre sobrevivió, pero también con lesiones graves, como fracturas en el fémur de su pierna derecha y en un hombro, precisaron.
Ayer, los investigadores de la UFI de Delitos Especiales que dirige el fiscal Iván Grassi, recolectaban toda la evidencia para determinar las circunstancias más aproximadas a la verdad de los hechos. Entre esas situaciones, pretendían saber si era o no cierto que la joven que atropelló a las dos trabajadores iba distraída con su teléfono.
Por ahora, Guarnido está detenida, sospechada de un homicidio culposo (matar sin intención) y en las próximas horas se definirá su suerte ante un juez de garantías.