Un amigo de Claudio Nicolás Olivera, un jornalero soltero de 68 años, fue el primero en extrañarlo la tarde del lunes cuando se acercó a dejarle al hombre un poco de fiambre a su casa de calle Ontiveros, unos 300 m. al Sur de Aguilera, en la zona de La Cañada, Angaco. El visitante ingresó al predio y se topó con una escena extraña: la vivienda abierta de par en par, la radio encendida y ninguna señal de su amigo. Entonces el hombre se fue y regresó de nuevo ayer a esa vivienda. El lugar seguía igual. Eso despertó la preocupación del visitante, quien de inmediato no dudó en llamar a un pariente del jornalero para que fueran a buscarlo. Y los peores presagios se confirmaron cuando revisaron un canal cercano (sin agua) y hallaron allí el cuerpo sin vida de Olivera. La principal teoría de la familia del jornalero, es que el changarín se descompensó o tal vez resbaló cuando caminaba sobre una pasarela de cemento que atraviesa el cauce, precipitándose con consecuencias letales: heridas en el rostro indicaban que pudo caer de cabeza.

El cuerpo de Olivera fue encontrado a las 11.30 por Mariano Jofré, su cuñado, y un amigo de apellido Riveros en el canal El Bosque, que pasa pegado a la casa del jornalero. Ese cauce es impermeabilizado y tiene 7 m. de ancho por 1,5 de profundidad.

Según Jofré, a Olivera lo vio un vecino la siesta del lunes cortando cañas en el fondo de su propiedad y después de un rato, no lo vio más. Tras el alerta de Riveros, ayer encontraron al changarín: estaba boca abajo, vestido con ropa de fajina, guantes y con su reloj, que se había detenido a las 16.30, al parecer, la hora que cayó el lunes al canal, contó Jofré. Tampoco tenía heridas en el cuerpo, comparables a las de una agresión, y en su casa no faltaba nada.

"Estaba depresivo porque el año pasado se le quemó toda la casa. No comía y tomaba remedios. Creemos que se mareó o capaz, que se cayó por accidente", contó Mariano Jofré, sobrino del jornalero. Esperan el resultado de la autopsia.