Un escandaloso y fraudulento desvío de dinero destinado al pago de becas en Calingasta terminó ayer con un juicio abreviado en el que el principal apuntado, un hombre de mucha confianza del exintendente, Jorge Castañeda, fue condenado a 2 años sin encierro y a 5 años de inhabilitación para ejercer cargos públicos. Tal como anticipó este diario, ese hombre que virtualmente era un jefe de gabinete del mandatario comunal, Jorge Daniel Cortez (45 años, dirigía la "Unidad Intendencia"), admitió que se quedó con parte del pago de tres becas de un joven barrealino (Jesús Linares) que ni enterado estaba de que era becario. El juez Federico Rodríguez ratificó el acuerdo y aplicó la misma pena que acordó Cortez y su defensor, Gustavo Giaccagli, con el fiscal coordinador y el ayudante fiscal Sebastián Gómez (UFI de Delitos Especiales), por el delito de fraude agravado contra la administración pública.
Linares y su abogado Benjamín Balmaceda no se opusieron como Parte Querellante a que la investigación tuviera esa salida. Pero apenas terminó la audiencia, ambos se encargaron de decir públicamente que realizarán una demanda por daños y perjuicio. Y convocaron a otras personas en la misma situación a denunciar, porque están convencidos de que Cortez no sólo se quedó con la plata de Linares (unos $60.000 por mes, durante 3 meses).
Informalmente, se estimó que la maniobra pudo perpetrarse desde 2019. Y ayer circuló con insistencia la versión de que la denuncia de Linares movió tanto los cimientos del poder político que gobernó Calingasta hasta el domingo pasado, que provocó una salida de emergencia a "callar de una manera no transparente" a otros "becarios" en la misma situación de Linares, es decir personas que ni sabían que eran beneficiarios del sistema de "Becas para el Desarrollo del Empleo Local e Inclusión Social", una ley nacional a la que adhirió el municipio a través de una ordenanza. Linares se enteró de casualidad que era parte de ese programa, sin haber firmado nunca un contrato ni haber trabajado para el municipio. Fue en julio pasado, cuando llegó a la sede de la Tesorería y la Secretaría de Hacienda en Tamberías, para hacerle un favor a su padrino y cobrar por unos trabajos de albañilería que ese hombre le había hecho al municipio y no podía facturar por estar en deuda como monotributista con la AFIP.
En el municipio facilitarían que Jesús Linares figurara como quien hizo esos trabajos y cobrara para darle la plata a su tío. Pero entonces saltó que no podía, porque era beneficiario de una beca. Es más, le dijeron que el propio Cortez había retirado al menos un sobre con el dinero de él y otros becarios, con la "excusa" de que vivían en zonas alejadas, como Barreal.
La investigación reveló que Cortez era el encargado de la selección de los becarios, de contratarlos y certificar que cumplieran algún trabajo en favor del municipio. Y todo indica que Castañeda estaba al tanto de esa situación.
"Yo soy humilde, hago changas, y denuncié (el 4 de octubre pasado) porque me dio mucha bronca saber que una persona se beneficiaba a mi nombre", dijo ayer Linares, felicitado por el juez por su "valentía" al denunciar. Antes, el joven había revelado que Cortez era un vecino más en Calingasta ("andaba en bicicleta con una zapatilla rota", precisó), pero a poco de ingresar al municipio adquirió una costosa camioneta, una finca y construyó una casa "inmensa".