En sus últimas palabras ante el juez, el médico forense del Poder Judicial, Eduardo Miguel Ángel Recabarren (58), habló de su carrera profesional, dijo que "ama a los niños" y que confiaba en la Justicia. Para ese momento ya sabía que el fiscal Eduardo Gallastegui y la ayudante fiscal Paula Aarredondo habían pedido que sea condenado a 9 años por al menos 10 episodios de abuso sexual que representaron un grave ultraje para la víctima cuando iba a su casa (entre los 6 y 8 años, hoy tiene 12) y quedaba a su cuidado (por eso pidieron aplicarle el agravante de ser encargado de la guarda). Fiscalía pretendía además que el juez ordene el encarcelamiento preventivo del médico.
Recabarren también escuchó a sus propios abogados defensores, Marcelo Fernández y Franco Montes, pidiéndole al juez que lo desligue con una absolución lisa y llana o, en todo caso, por el beneficio de la duda. "Nos sorprendió el fallo porque la psicóloga de Fiscalía admitió en el juicio que la versión de la niña no era creíble y que presentaba indicadores inespecíficos, es decir aquellos que se pueden atribuir a otras situaciones conflictivas o traumáticas sufridas por esa menor. Vamos a esperar los fundamentos del fallo y con seguridad lo impugnaremos", disparó ayer el defensor Marcelo Fernández.
Al final, el juez de Garantías, Eugenio Barbera (h) dio parcialmente la razón a Fiscalía: condenó al médico a 4 años de prisión efectiva, pero no lo mandó al Penal de Chimbas, porque el fallo aún no está firme. El magistrado calificó el delito como abuso sexual simple continuado, pues consideró que no se había probado que esos ataques fueran gravemente ultrajantes para la niña.
Recabarren quedó en la mira de una investigación penal el pasado 17 de noviembre, cuando la madre de la menor denunció en el Anivi. Había sido una maestra de la escuela a la que concurre esa niña, durante unas "Jornadas del Buen Trato", la que le preguntó por qué estaba triste. Entonces la nena le comentó que un hombre la tocaba cuando ella iba a quedarse a su casa (tenían un parentesco con Recabarren). Repitió esa versión ante la directora del colegio y, ya en el Anivi, dio más detalles, acompañados de un cuadro gestual que no dejaron dudas a la psicóloga.