Luego de varias idas y vueltas, el sonado y polémico caso de la jubilada Irma Sánchez (72) pasó finalmente a juicio, sin saber realmente si puede enfrentar esa instancia pues aún no se conoce si está o no en sus cabales, informaron fuentes judiciales. Sobre Sánchez pesa la grave acusación de haber conducido más de 2 km en contramano por la avenida de Circunvalación, en Desamparados, Capital, la mañana del 8 de septiembre de 2016. Hasta que embistió a una pareja en moto, provocó la muerte de la joven Leslie Arustizia (tenía 23 años y falleció al otro día) y dejó gravemente herido a su novio, Franco Ontiveros (23) que se salvó de milagro.
Idas y vueltas, porque desde el Tercer Juzgado Correccional cerraron la investigación y pasaron el caso para debate oral y público al Segundo Correccional. Desde allí lo volvieron con el argumento de que faltaba hacerle a la imputada un estudio para determinar si ahora sufre demencia (así lo aseguró por lo menos un médico) a causa de una enfermedad (neurosífilis), que la haría inimputable pues le impediría comprender la situación que atraviesa, como sostiene su defensa.
La producción de esa prueba fue ordenada por un tribunal superior cuando confirmó el procesamiento de Sánchez y la excarceló. Y también había sido solicitada por la Fiscalía.
Sin embargo desde el Tercer Juzgado Correccional regresaron otra vez el expediente al Segundo para que allí se haga el juicio o se decida qué hacer, con el argumento de que durante la investigación se consideró que la mujer era imputable al momento del hecho, es decir que comprendía que cometió una gravísima y trágica infracción de tránsito.
Una posible incapacidad mental sobreviniente no es un punto menor en la causa. La misma ley penal establece que toda persona acusada de cometer un delito debe comprender que está en un debate, que le atribuyen un delito y que puede defenderse.
Ese cuestionamiento aún puede dilucidarse antes del juicio, con una instrucción suplementaria, dijeron.
Si el tribunal considera que el imputado no está en su sano juicio, ordenará una junta médica psiquiátrica para confirmarlo o desestimarlo. Si es así, esa junta deberá determinar si ese estado es transitorio o irreversible. En el primer caso, el debate podrá suspenderse hasta que se entienda que recuperó sus facultades mentales. En caso contrario, la causa será archivada, el sospechoso será sobreseído y podrá o no ser internado para ser tratado de su enfermedad.