Que estaba en el banco, que "había cambio de moneda porque andaban muchos billetes falsos" y que entregaran toda la plata a dos empleados del banco que iban a pasar por la casa. Eso dijo una mujer que el viernes por la mañana llamó al teléfono fijo de una pareja de ancianos que se creyeron el cuento de que era la hija de ellos y entregaron 60.000 dólares y 1.500.000 pesos a los dos desconocidos que se presentaron en su vivienda, en Hipólito Yrigoyen al Sur de Libertador, Capital.
En realidad el hombre, Antonio Alonso (86), admitió que tenía dudas. Pero su mujer, Mercedes Ruiz (84), eligió creer. Mientras que un concuñado de 88 años que vive con ellos y que se había metido en la disputa no sabía qué hacer. "La voz no era como la de mi hija, yo tenía muchas dudas. Pero mi esposa estaba empeñada en que era mi hija y se le antojó entregar todo. Yo le dije "bueno, listo, hacelo, yo no me voy a hacer problema". Discutimos pero de nada sirvió porque les entregamos todo", sostuvo ayer un resignado Antonio, con lágrimas en los ojos.
La encargada de la llamada tuvo en línea más de una hora a Mercedes, que era quien estaba a cargo de la comunicación mientras los otros dos ancianos deliberaban qué hacer. La "hija" finalmente los convenció y en una bolsa verde colocaron todo el dinero que tenían guardado en una cámara construida bajo el piso, que entregaron a un hombre que llegó a la casa en un auto que conducía otro sujeto. "Por la pinta parecían gitanos", teorizó Antonio. Y al parecer no estaba equivocado, pues fuentes oficiales y policiales confirmaron a este diario que por el caso hay dos detenidos que pertenecen a esa comunidad, a quienes llegaron por los registros de las cámaras de seguridad de la zona.
Los aproximadamente $19 millones (si se tiene en cuenta la cotización del dólar blue de ese día) eran ahorros de varios años de la pareja y de un hijo que se dedica a hacer trabajos de electricidad y construcción. La mayoría de los dólares eran de él, por eso se entiende la reacción que tuvo cuando llegó a la casa y le contaron lo que habían hecho. "Tiró el celular a la m… de la bronca que tenía, lo rompió. Él ya nos había dicho que tuviéramos cuidado", reveló el anciano, que cada tanto aclaraba que la decisión final había sido de su esposa.
"Es la primera y última vez que nos pasa. Ya está… ¿qué vamos a hacer?… ¿matarnos? No, hay que aguantárselas", concluyó el jubilado.
Con el dinero tenían pensado remodelar la casa, empezando por el techo que está muy deteriorado. Es por eso que la familia lamentaba ayer la pérdida del dinero, rescatando que el lugar donde viven era un rancho al que luego pudieron cambiarle las paredes por unas de ladrillos.
Ahora Defraudaciones y Estafas continúa con las investigaciones para dar con más implicados.