Un niño de 7 años le dijo a una tía que un vecino suyo, de 16 años y con un retraso madurativo, lo obligó a practicarle sexo oral. Y la tremenda revelación causó tal indignación, que la noche del miércoles familiares del pequeño buscaron ajusticiar al sospechoso, pero como no pudieron apedrearon su casa e intentaron quemársela. La policía evitó que consiguieran su violento objetivo.
Para evitar mayores inconvenientes, esa misma noche, el acusado y su madre se mudaron de esa casa que alquilaban desde hace menos de 2 meses, ubicada en la esquina de Lavalle y Huaco, en la Villa Carolina, en Trinidad, Capital, dijeron fuentes policiales.
El presunto caso de abuso salió a la luz el pasado domingo, pero habría ocurrido hace dos semanas. Al parecer, en una charla casual el niño le contó a una tía que su vecino, con quien era común que se juntara a jugar, lo había hecho pasar a su casa cuando su madre estaba trabajando y lo había obligado a que le practicara sexo oral.
De inmediato tomó conocimiento la madre del niño y radicó la denuncia en el Anivi. Sin embargo, desde la familia dijeron que, como no obtuvieron "respuestas rápidas", decidieron ellos mismos tratar de linchar al joven. "Lo queríamos colgar a él y también le queríamos prender fuego la casa, no nos importaba nada, pero llegó la Policía", dijo una tía de la supuesta víctima. Cuando arribaron al lugar efectivos de la seccional 3ra para controlar la situación, el grupo de unas 20 personas ya había arrojado piedras y destrozado las ventanas. Adentro estaban el chico denunciado y su madre, quienes sólo atinaban a gritar pidiendo auxilio a los otros vecinos.
La presunta víctima fue sometida a estudios médicos para confirmar o descartar alguna enfermedad o posibles lesiones, pero el médico constató que no había sido violado ni tiene alguna afección, dijeron sus familiares.
Si se confirma que el presunto abusador sufre problemas mentales, será declarado inimputable y no podrá ser castigado.